Se llama Pedro Almodóvar Caballero y nació el 25 de septiembre, de 1949, en Calzada de Calatrava (Ciudad Real); se llama Miguel Rafael Martos Sánchez y nació en Linares (Jaén), el 5 de mayo, de 1943. Mañana, miércoles, 11, pasadas las 11:00h, recogen el título honorífico de Hijos Adoptivos de Madrid, de manos de la alcaldesa, Manuela Carmena, en el Salón de Plenos de la Casa de la Villa.
Coser y cantar
Miguel Rafael Martos Sánchez, Raphael, forma parte de la vida de millones de ciudadanos desde los años ’60. Con él, costureras y modistas, domésticas y amas de casa, niños y abuelas, jóvenes ilusionados, exiliados, apátridas, la diáspora; los de aquí y los de allí, han sabido lo que es currar y cantar: y coser y cantar.
El de Linares
Una de las voces, injusto decir la única, que durante décadas ha creado tanta controversia como unanimidad; lo mismo que ha logrado en la sesión plenaria del Ayuntamiento de Madrid que, todos a una, han dicho: sí; el de Linares, es Hijo Adoptivo de La Villa. Él y sus cientos de canciones que son un segmento de la Historia nacional.
Grande y antagónico
Junto a él otro grande y antagónico, o no: Pedro Almodóvar, el actor, guionista, productor y director que ha sabido ponernos a borde de un ataque de nervios, más de una vez; y en esos ataques ha sacado lo mejor de cada uno (y un poquito de lo peor, a veces) ante el celuloide y lo privado.
Patente de corso
Con la patente de corso de ‘chica Almodóvar’, decenas de grandes actrices se han hecho un hueco en la intimidad de los ciudadanos y sus interpretaciones tienen el mayor de los galardones: estar en la memoria, amén de cosechar premios.