La Junta de Andalucía ha contabilizado, 7 muertes de águila imperial en su territorio, en 2017; el 75% por causas no naturales, de las que el 47% han sido en tendidos eléctricos, por electrocución (43,5%) o por colisión (3,5%).
Andalucía
En Andalucía, “durante los tres últimos años se ha observado un aumento de la mortalidad”, explican desde la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio. Destaca “el incremento de muertes por electrocución, disparo y veneno. Este incremento se debe, en parte, al crecimiento de la población, tanto regional como ibérico, y a la existencia de un mayor número de águilas imperiales marcadas con emisores GPS, que permiten localizar a los individuos fallecidos que los portan”.
Castilla La Mancha
Por su parte, efectivos del Cuerpo de Agentes Medioambientales (AAMM) de Castilla La Mancha cuando inspeccionaban los tendidos encuentran el cadáver de un águila perdicera y abren diligencias.
SEO/BirdLife
Ante esta situación los AAMM y organizaciones como SEO/BirdLife, recuerdan que las compañías eléctricas están obligadas a modificar los tendidos peligrosos de su propiedad, además de elaborar y mantener una base de datos georreferenciada de los más peligrosos.
Lleida
SEO/BirdLife denunció, el día 4, la muerte de una cigüeña en plena crianza; “se quedó atrapada en un dispositivo Bye Bye Birds colocado en la catedral de Lleida, y ha muerto por las importantes heridas causadas por el aparato”. El Bye Bye Birds es un ahuyentador de aves, que hace un barrido de la superficie a controlar e impide a las aves tipo cigüeña, palomas, gaviotas o golondrinas aniden.
Grefa, en Toledo
El Grupo de Rehabilitación de la Fauna Autóctona y su Hábitat (Grefa) y los AAMM de Toledo, informaban hace unos días de que, “los tendidos eléctricos se vuelven a llevar por delante 2 águilas de Bonelli, en la provincia de Toledo. Se llamaban Turón y Azul, y ambos eran ejemplares liberados y seguidos por GPS gracias al ya concluido proyecto LIFE Bonelli. Desde el nuevo proyecto AQUILA a-LIFE, en favor de esta misma especie, trabajamos intensamente en las zonas donde se han producido las electrocuciones, para desactivar lo que se ha revelado como uno de los principales puntos negros actuales para la especie”.
No cumplen con la normativa
La historia se repite, dicen los agentes, “y nos lleva a la desesperación: año tras año vemos cómo parte de las águilas de Bonelli que seguimos en el campo, perecen en estructuras obsoletas que no cumplen con la normativa y que no pasan las inspecciones trianuales a las que están obligadas”.
33 muertes
“No hay que olvidar que los únicos responsables de toda esta pérdida de biodiversidad, estimada en 33 rapaces al año, son los propietarios de las líneas eléctricas, ya sean particulares o grandes compañías”, concluyen desde Grefa.
Sin prisa
Así las cosas, no parece que las compañías eléctricas tengan prisa en adecuar sus tendidos a la normativa, y cumplir la ley en las zonas azotadas para suelta y cría de aves protegidas, a las que hay que añadir los tendidos próximos a estos lugares y que ponen en riesgo la vida de las aves.
Albacete
La sentencia dictada en Albacete contra Iberdrola, en torno a la muerte de un ave, en enero de 2014, señala que los AAMM hallaron un águila herida por electrocución en un ala, en el municipio de la Herrera, y que se encontraba junto a un apoyo eléctrico. Se condena a la eléctrica al pago de 42.920 euros, en reparación de daños.