Hace ya un tiempo que pienso que ‘Akelarre’ no está siendo reconocida todo lo que merece. El film de Pablo Agüero, ambientado en la caza de brujas en el País Vasco del siglo XVII, narra la historia de unas jóvenes que son denunciadas al ser vistas bailando en el bosque. El juez Rostegui, encomendado por el Rey para purificar la región, las arresta y acusa de brujería, e intentará, por todos los medios, que las chicas confieses cómo se hace el ritual del Sabbath mediante el cual el Diablo inicia a sus servidoras. Una historia que puede dar cierta ‘pereza’ o rechazo de primeras, o a que el espectador piense que se trate de una película histórica aburrida más.
Sin embargo, nada más lejos de la realidad. Esta joya que, insisto, sin tener la repercusión y mayores galardones que merece, participó en la Sección Oficial del Festival de San Sebastián, estuvo nominada a Mejor Película en los premios Forqué, que finalmente recayó en ‘Las niñas’, de Pilar Palomero, y opta ahora a 9 nominaciones a los premios Goya, entre ellos a mejor actriz protagonista por Amaia Aberasturi. La joven actriz de 23 años, cuyo último trabajo fue el largometraje ‘Vitoria, 3 de marzo’ en 2018, se da a conocer para el gran público con una actuación estelar.
Otro de los galardones a los que opta Akelarre en los Goya es a mejor música original. Música que sin duda consigue que el espectador viaje ese ambiente de misterio, magia y brujería de Euskadi en 1609, y del que los inquisidores de la monarquía se sentían fascinados y convencidos de que, efectivamente, esa música, baile y lengua solo podía ser cosa del diablo.
Completan la lista de nominaciones a los Goya los premios a Mejor Dirección de Producción; Mejor Dirección de Fotografía, Mejor Dirección Artística, Mejor Diseño de Vestuario, Mejor Maquillaje y Peluquería, Mejor Sonido y Mejores Efectos Especiales. En total nueve nominaciones que certifican la calidad de la película de Agüero.
Pero lo más fascinante de Akelarre es esa perspectiva feminista que hace que, a pesar de estar ambientada en el siglo XVII, su mensaje suene más actual que nunca. ¿Por qué detienen realmente a las jóvenes vascas? ¿Cuáles son las pruebas que reúnen para acusarlas de brujas? Realmente, ninguna. Lo único que muestra el film son a cinco chicas que bailan juntas en el bosque, que son felices y que lo que quieren es pasarlo bien.
En un momento dado, uno de los inquisidores relata una historia en la que alerta a sus compañeros de los peligros de las mujeres que bailan solas porque pueden poseer al hombre. Y en otra de las escenas una de las criadas comenta que “los hombres temen a las mujeres que no les temen”. Es decir, hombres que creen que una mujer que baila les está provocando y que prefieren a mujeres sumisas. Que creen que las mujeres les pertenecen. ¿Nos suena la historia a día de hoy? Las más de 1000 mujeres que han sido asesinadas en España por violencia machista dan prueba de ello.
Duele pensar el nivel de machismo y discriminación al que ha estado sometida la mujer a lo largo de la historia. Pensar que en el siglo XVII podías ser acusada de bruja y consecuentemente condenada a la hoguera por rechazar a un hombre, bailar o ser más independiente da escalofríos.
Pablo Agüero consigue en Akelarre traer magistralmente una historia ambientada en 1609 a la actualidad y vincularlo con un movimiento que tiene más fuerza que nunca, el feminismo. Es una de esas películas que te hace sentir: enfado, impotencia, rabia ante la injusticia e incluso en algunos momentos risas. Y con todos estos ingredientes, sorprende que entre sus nominaciones a los Goya falte a Mejor Película.