Jaime Lannister, Bronn y Dickon no podían creer lo que ocurría. Sus soldados caían ante Drogon y ante los asesinos Dothrakis. Sus carros ardían y sus esperanzas sucumbían. Desde luego, enfrentaron a los invasores de Essos y mataron a algunos rivales, pero la marea estaba en su contra, sobre todo con Daenerys sobrevolando y gritando una vez más “dracarys”, que traducido del alto valyrio significa “fuegodragón”.
Después de apoderarse de Highgarden, matar a Olenna Tyrell (Diana Rigg) y saquear las jugosas arcas del Reach (Dominio), el ejército de los Lannister volvía a King’s Landing (Desembarco del Rey), con Jaime (Nikolaj Coster-Waldau) a la cabeza. Sin embargo, su paso fue interrumpido por la aparición de un ejército comandado por una reina sobre un dragón.
Cuando los cascos de caballo y los gritos de guerra alertaron a todo el mundo, los generales ordenaron sus filas, con lanzas y escudos adelante, y esperaron el golpe, representado por miles de Dothrakis sedientos de sangre, envalentonados por sus arakhs y por su reina, quien pronto apareció detrás de ellos sobre Drogon hasta adelantarlos y aterrar al mundo entero. De seguro una escena memorable de Juego de Tronos.