Los andamios son plataformas temporales que se utilizan en el sector de la construcción para realizar trabajos en altura, pudiendo contar con apoyo desde abajo o suspendido desde la parte de arriba. Existen multitud de tipos de andamios: según su material, su forma, su tamaño o según su finalidad. Los más recomendados son los andamios homologados con ruedas, por ser rápidos y cómodos para trabajar y poder desplazarlos en la misma obra sin tener que montar y desmontar.
La mayoría de los trabajos de construcción y reformas son en fachadas y se realizan gracias a este tipo de andamios homologados móviles. Hay que tener en cuenta que en este tipo de andamios con ruedas se debe tener especial cuidado con el buen estado y funcionamiento de la parte inferior, tanto de las ruedas como de los frenos de éstas, así se evitarán deslizamientos. También se suelen aplicar dispositivos antideslizantes especiales.
Los andamios han de montarse y mantenerse sin que se caigan o desplacen provocando daños y accidentes. Las medidas de los andamios deben ajustarse según el número de empleados que lo utilizarán a la vez. Su montaje se planificará atendiendo a la tipología de andamio y a su complejidad. Por tanto, las dimensiones deberán adecuarse al tipo de trabajo para que los trabajadores puedan operar sin dificultad, tanto de espacio como de seguridad.
Se desaconseja totalmente contar con vacíos y huecos entre las distintas plataformas de andamio, debido a la posibilidad de provocar un accidente. Si existen elementos de un andamio que se han dañado durante su montaje y que deben repararse antes de trabajar en el mismo, se debe señalizar advirtiendo del peligro, así como impedir el acceso a la zona a cualquier persona o trabajador.
Los andamios deben cumplir unos requisitos para conseguir ser homologados y así trabajar con ellos de una forma totalmente segura y sin problemas. Los andamios no homologados están poniendo en peligro tanto a los trabajadores como a los viandantes, por ello las empresas constructoras deben invertir capital en ello. Existe una regulación para la seguridad y la salud de los trabajadores en lo relativo a sus equipos y materiales de trabajo.
Los andamios homologados se usan para realizar trabajos en altura, por lo que, aunque cumplan con unos criterios técnicos básicos, deben comprobarse con periodicidad para así usarlos sin temeridad. Minimizar los riesgos es de vital importancia. El ahorro económico inicial puede suponer una amenaza a largo plazo, por lo que no compensa asumir este riesgo.
Homologar los andamios según la normativa vigente es fundamental, debemos disponer de certificados de fabricación para comprobar que son seguros. Deben revisarse continuamente ya que su propio deterioro podría hacer que un andamio homologado en un primer momento deje de ser seguro. La homologación es una garantía de que se ha fabricado correctamente.
En concreto, la seguridad de los andamios se encuentra regulada por la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, aunque ha sido modificada en varias ocasiones. Cuenta con varios decretos que, en resumen, acuerdan que las escaleras manuales, los andamios y los demás sistemas utilizados en el ámbito de la construcción, deben contar con la resistencia necesaria y con elementos de sujeción y apoyo. Así, su utilización se realizará en perfectas condiciones, evitando riesgos y posibles accidentes.
Por todo ello, es de vital importancia el uso y mantenimiento regular de andamios homologados conforme a la ley y decretos para la prevención de riesgos laborales, protegiendo la seguridad de los trabajadores y de los viandantes. Evita cualquier tipo de inseguridad en estas plataformas y recuerda que lo barato puede salir caro.
