¿Qué es un concurso de acreedores?
A lo largo de nuestra carrera como emprendedores, lo más probable es que nos veamos obligados a hacer frente a ciertas situaciones de crisis financiera. En ocasiones esto se debe al propio estado del país y, en otras, a la mala gestión como directivos. La acumulación de deudas puede llegar a tambalear los cimientos de nuestra compañía, teniendo como último salvoconducto el concurso de acreedores.
Este procedimiento judicial, estipulado por la ley concursal, se basa en toda una serie de fases en las que el empresario hará frente a los préstamos que había adquirido y que se posicionan como imposibles de pagar. Está dividido en diferentes pasos, entre los que se incluyen la fase común, la de convenio, la de liquidación y la de clasificación.
Dicho procedimiento ha de solicitarse en un plazo máximo de dos meses desde que el empresario se percata de su insolvencia. Este se trata del conocido como concurso de acreedores voluntario. No obstante, hay veces que son los propios prestamistas los que solicitan dicho concurso de acreedores, obligando al empresario a hacer frente a sus deudas de forma definitiva.
Así pues, estamos hablando de un recurso empleado para garantizar el bienestar tanto de la empresa en sus peores momentos, como de todas aquellas personas que ofrecieron su dinero cuando esta lo necesitaba. Un amparo de la ley que no podemos dejar de considerar si hemos decidido emprender.
Las diferentes posibilidades que tenemos
Como en todos los aspectos del derecho, la ley concursal cuenta con ciertos aspectos que no podemos ignorar. Apoyarse en consultores de prestigio será la forma más eficiente de estar siempre en pleno uso de conocimientos y contemplar de forma panorámica las acciones más adecuadas para garantizar el futuro empresarial.
En esta línea, el mentor Igor Ochoa se ha posicionado como un claro referente del sector. Esto no ha sido producto de la mera casualidad, gracias a sus consejos ha logrado clarificar toda la materia legal a aquellos empresarios en épocas de crisis que así lo necesitaban. Porque ser conscientes de la realidad es la única forma de triunfar en el mercado empresarial y este experto del emprendimiento ha puesto todos sus esfuerzos para que nadie tenga que renunciar a sus sueños.
Uno de los servicios más solicitados de la ley concursal es el preconcurso de acreedores. Este es el paso previo que nos servirá para anticipar dicho procedimiento que tantas consecuencias negativas puede traer a nuestra imagen pública. Porque esta es una de las mayores ventajas del preconcurso: puede realizarse sin tener que darse a conocer al resto del mundo.
Cuando intuimos que las deudas pueden superarnos, apoyarnos en el preconcurso será la forma de hacerles frente sin sufrir una intervención en la gestión de la compañía. Estaremos a los mandos mientras solventamos nuestra situación financiera, teniendo tres meses de margen para negociar todas las condiciones con las entidades bancarias.
Por otro lado, cuando lo peor ha llegado y nos vemos obligados a cerrar las puertas de nuestro negocio, no es estrictamente necesario que lo perdamos todo en el camino. El concurso express es un extra al que nunca deseamos acudir pero que, en caso de necesitarlo, puede ser nuestra salvación.
Se trata de un procedimiento realmente económico ideal para aquellas personas que no tienen los bienes suficientes para hacer frente a las deudas. Todo controlado por un juez que pone en práctica esta faceta de la ley concursal que siempre hemos de tener en cuenta cuando la crisis financiera azota nuestro negocio.