Modernizar las dependencias hogareñas siempre es beneficioso, aunque algunos de los procedimientos acarrean elevadas inversiones económicas o lidiar con un periodo de tiempo muy dilatado, ejemplificándolo las clásicas reformas que suelen llevarse a cabo hoy en día. Sin embargo, una de ellas es antónima de todo lo comentado hasta el momento.
Precisamente por ello cada vez son más numerosos los españoles que deciden cambiar su bañera por ducha sin obras. Son cuantiosos los motivos que les llevan a optar por ello. En Columna Cero los hemos analizado todos, otorgándole una especial relevancia a los dos primeros que se resumen en una gran rapidez y facilidad.
Olvidarse por completo de las obras
A todo propietario le entusiasma la idea de librarse de un elemento hogareño que, en pleno 2019, dista de ser práctico y confortable para dar paso a un nuevo conjunto mucho mejor. Pero no muchos están dispuestos a pasar por el tedioso y molesto proceso de tener obras en casa. Afortunadamente la sustitución de una bañera, reemplazándola por un plato de ducha, no acarrea lidiar con ello.
El procedimiento es verdaderamente sencillo, encargándose de él un equipo especializado que primeramente procede a eliminar la bañera –detallándose en próximas líneas las incomodidades de la misma que pasan a ser historia para siempre–.
Acto seguido se efectúan los correspondientes cambios por parte del fontanero profesional que forma parte del equipo contratado. El principal objetivo se resume en que posteriormente el plato de ducha que será colocado funcione con normalidad.
Hablando sobre las duchas conviene destacar que los platos son elaborados a medida en base tanto al espacio ocupado por la antigua bañera como a las necesidades del propio cliente. En cualquier caso se procede a realizar el alicatado y la colocación de la mampara escogida, todo ello sin que se tenga que hacer obra de ningún tipo.
Un cambio que resulta tan sencillo acaba derivando en un procedimiento extremadamente rápido. De hecho, basta un solo día para que llegue a su fin, lo cual es de suma importancia al tratar con una estancia como el cuarto de baño.
Y es que metiéndose de lleno en una obra elementos como la misma ducha, así como el lavabo, pasan a permanecer inservibles durante un considerable periodo de tiempo. No es el caso de las sustituciones de bañeras por duchas, pudiendo hacer un uso normal del cuarto de baño en mucho menos tiempo del que el propietario pensaba.
Más allá de la celeridad del proceso en sí, la rapidez en la culminación de toda la operación también se debe a la profesionalidad del equipo contratado, el cual en la mayoría de casos deja la dependencia impecable trasladando a un punto limpio no solo la bañera, sino también hasta el más mínimo escombro que se haya generado durante el transcurso de sus labores.
Aun así, es destacable el hecho de que el polvo generado es mínimo, así como las molestias de tipo acústico. Ello invita a los propietarios a permanecer en el domicilio si lo estiman oportuno, estando deseosos de contemplar cuanto antes un resultado que es sobresaliente en todos los sentidos.
Resultado inmejorable
El éxito de este tipo de reemplazo viene dado no solo por lo fácil y rápido que es, sino también por lo satisfactorio que resulta el cambio. En primer lugar es inevitable empezar por el aspecto visual, puesto que muchos propietarios le dan al mismo la trascendencia que merece.
En este sentido es reseñable una integración excelente por parte del plato de ducha, puesto que al ser hecho a medida congenia excelentemente con el anterior hueco ocupado por la bañera. Pero más allá de este aspecto entran en juego otros factores cruciales, empezando por la comodidad.
Si tienes una bañera en tu casa es probable que en más de una ocasión te hayas resbalado e incluso caído, con el riesgo que ello entraña para tu bienestar y el de aquellos con quienes compartes vivienda. Por suerte, este tipo de adversidades hogareñas son olvidadas por completo gracias al plato de ducha.
Su nivel de seguridad es mucho más elevado en comparación con el que presentan las tradicionales bañeras. Dicho aspecto tan positivo viene dado tanto por el plato de ducha en sí como por la mampara, elementos que hacen gala de una fiabilidad máxima.
Tener que hacer complicadas maniobras con el cuerpo para sortear la altura de la bañera solo será un mal recuerdo presente en tu memoria, puesto que con la nueva ducha a ras de suelo todo pasa a resultar mucho más fácil, rápido y confortable.
Todos los motivos sacados a colación están dando pie a un éxito sin precedentes por parte del citado procedimiento hogareño, el cual paulatinamente se va dejando ver en más viviendas de toda España para satisfacer plenamente a los propietarios que deciden dar este paso tan importante y beneficioso.