Muchas veces, no sacamos todo el partido y rendimiento a las cosas que tenemos a nuestro alrededor. Suele pasar en nuestra casa, nuestro coche, nuestro jardín o campo… ¿Sabes todo lo que puedes hacer en él? Por ejemplo, tener un pozo. Quizá no te lo hayas planteado nunca, pero tener este tipo de túneles verticales te puede ayudar mucho a la hora de regar, cuidar tu campo o cualquier otra labor que puedas llevar a cabo en tu jardín o campo.
Sin embargo, no se puede hacer a lo loco: necesitas del consejo y experiencia de un experto. Un zahorí es como un catador de vinos: un profesional de los pozos. Él sabrá si es viable hacerlo, cómo y dónde por las características del propio terreno. Además, es un profesional a la hora de buscar aguas profundas y hacer un pozo viable y útil. Solo tienes que dejarte llevar por sus consejos e indicaciones.
¿Qué ventajas me puede aportar tener un pozo en un terreno?
Quizá, de primeras, pienses que es una tontería tener un pozo, pero estás equivocado. No sabes todo lo que te puede aportar. Por ejemplo: esa agua que adquieras es potable, perfectamente consumible y útil para regar o para consumo propio, por lo que podrías evitar un gasto de agua innecesario. Además, esta agua procede de acuíferos muy grandes en las que fluye y se mueve, por lo que nunca está estancada y se limpia. Esta agua que obtendrás de los acuíferos es económica porque no necesita ningún tratamiento: es natural y no necesitas ni tiempo ni dinero para consumirla.
Por su situación, a muchos metros bajo el nivel del suelo, permanece intacta y ajena a cualquier inclemencia meteorológica que pueda perturbarla o cambiar alguna de sus condiciones, con una temperatura estable que garantiza su calidad exquisita. Consumir este tipo de agua es muy sano porque no tiene ningún tipo de bacterias; es más, a veces se recomienda su consumo frente al agua embotellada. Por último, debes saber que no está tratada por la mano del hombre y que puedes usarla no solo para beberla, sino también para cualquier trabajo, por lo que su status de “libre” de cualquier tipo de arenisca o elemento sólido la hacen perfectamente usable. Recuerda que ese pozo es muy difícil que se seque porque su caudal permanece estable, ajeno a cualquier situación que ocurra sobre la superficie, por lo que su inversión te dará beneficios en un corto periodo de tiempo.
¿Cómo se hace un pozo?
Los pasos son sencillos, peor hay que tener en cuenta unos ítems básicos para que salga bien. Lo primero es localizar el agua gracias a los zahoríes que te hemos comentado anteriormente para que localicen las aguas profundas. Una vez que esté localizado el punto, hay que excavar (manualmente, con una máquina perforadora…) y, una vez que esté hecho el agujero, hay que encamisar el conducto con algún material que fortalezca al pozo y que evite que se derrumbe. Una vez hecho, también tendremos que entre el encamisado y el terreno algún filtro para evitar que los materiales finos entren en la perforación y se contamine el agua. También habrá que colocar una bomba que nos ayude a sacar el agua de alguna manera, independientemente de la profundidad del mismo. Y, por último y lo más importante, hay que mantenerlo. Hay que preservar su conservación, limpiar sus piezas, sustituir aquellas que estén desgastadas… Solo así podremos tener un pozo que nos ofrezca un servicio óptimo.