Dos grandes novedades marcan los míticos cinco Monumentos ciclistas en la temporada 2018, que comienzan hoy con la disputa de la Milán-San Remo: por un lado, la reducción de las escuadras de ocho a siete corredores; por otro, la implantación del videoarbitraje.
La primera modificación levantó mucha polémica, ya que supuso la consiguiente disminución de efectivos en los grupos deportivos. Bien es cierto que la decisión de la UCI también tiene algunas ventajas. Las carreras serán más abiertas, habrá menos control, lo que irá en favor del espectáculo. Además, un pelotón de menor tamaño permite la inclusión de más equipos de la categoría Continental Pro como invitados, y la correspondiente alegría de sus casas comerciales.
En cuanto al VAR, se trata de una medida reciente, pero llega para quedarse. En la Classicissima, un comisario verá la carrera íntegra en un camión con las imágenes de todas las cámaras de la RAI. Parece ser que el experimento se repetirá en el resto de Monumentos y en las grandes vueltas. Todavía colea lo sucedido en la edición de 2016, cuando corredores de varios equipos acusaron al francés Arnaud Demare, que a la postre resultó vencedor, de haberse agarrado al coche de su director en la ascensión al Poggio, cima que acostumbra a ser decisiva en el desenlace de la prueba.
[Sumario]
En lo meramente deportivo, Peter Sagan, Michael Kwiatkowski y Alexander Kristoff lideran las apuestas. El cruce dialéctico entre el eslovaco, segundo en 2017, y el polaco, primero, han añadido morbo a una carrera cuyo recorrido hace que sea siempre el Monumento con el ramillete de favoritos más extenso. Si no hay guerra en la Cipressa y el Poggio, es muy probable que la prueba se decida en un sprint masivo.
Sagan lo sabe. El año pasado hizo añicos la carrera en la última ascensión, lo dio todo buscando su primera victoria en San Remo. Tan solo Kwiatkowski y Alaphilippe aguantaron su ritmo, y el polaco se ‘aprovechó’ de ello. Además de los ya mencionados, figuran entre los candidatos al triunfo Philippe Gilbert, Greg Van Avermaet, Michael Matthews, Elia Viviani, Sonny Colbrelli, Arnaud Demare, André Greipel, Matteo Trentin, Caleb Ewan, Edvald Boasson Hagen, Mark Cavendish, Andrei Lutsenko, Fabio Felline e incluso Marcel Kittel. El gran ausente será el colombiano Fernando Gaviria, recién operado de su mano izquierda tras la caída que sufrió en la Tirreno-Adriático.
Presencia española testimonial
De 175 participantes, solo 7 españoles. Hace años que los dirigentes del Movistar, único grupo deportivo con etiqueta World Tour, dejaron claro que las grandes clásicas son un expediente que hay que limitarse a cumplir, a excepción del tríptico de Las Ardenas, donde Alejandro Valverde es siempre el favorito. El murciano está en un excelente estado de forma y luchará por llevarse la Volta a Catalunya, que comienza el próximo lunes. Pero… ¿Por qué nunca es de la partida en Milán? ¿Es decisión suya o de Eusebio Unzué? Tampoco es una carrera que le vaya mal a sus características. ¿Y Marc Soler? Después de su exhibición en la París-Niza, era una buena oportunidad para acercarse a una prueba mítica y coger experiencia.
La escuadra telefónica estará liderada por el veterano Daniele Bennati, que es un excelso corredor de equipo, pero cuyos tiempos de gloria como primera espada expiraron hace años. Ante la baja de Iván García Cortina en la formación del Bahrein Merida, quizá la única opción española pase por un ataque lejano de Luis León Sánchez. Parece que tendremos que seguir esperando a los herederos de Miguel Poblet, Oscar Freire y Juan Antonio Flecha. Qué lástima.
