En el adiós y homenaje a Chiquito de la Calzada, la Rosaleda no quiso fallar a su equipo y brindo un prácticamente lleno en la visita de un rival directo, el Deportivo de la Coruña.
El encuentro empezó con ambos equipos titubeantes y nerviosos, los gallegos sabían de la importancia que tenía el llegar vivos a la recta final del encuentro, lo previsible para entonces era encontrarse con un aliado inesperado, la tensa grada local.
Pero el primero en adelantarse sería el Málaga por mediación de Rosale, que aprovechó un balón suelto en el área para batir a Rubén y colocar el 1-0 en el minuto 15. Pero poco dura la alegría en la casa del pobre, tan sólo 8 minutos después y tras una buena jugada por banda del Depor, un centro medido lo acabaría rematando a la red Lucas Pérez para poner la igualada con la que se llegaría al descanso.
En la reanudación ocurrió lo peor que podía suceder a este Málaga de cristal, de nuevo marcaría el Depor, minuto 52, gol de Schar y en la memoria los otros tantos encuentros en los que el Málaga tras verse por debajo en el marcador, acabó por morder el polvo.
Pero hoy no podía darse tal situación, hoy sólo valía ganar, lo sabía el respetable, que apretó como nunca y lo sabían los de Michel y el propio técnico. El Chori Castro volvería a poner las tablas en el encuentro en el minuto 63, renacía la esperanza con casi media hora de juego por delante.
A partir de ahí el dominio parecía tenerlo el Málaga, la intensidad subió y las ganas de ganar del conjunto malagueño eran superiores a las gallegas, pero los de Cristóbal Parralo no querían renunciar a puntuar en La Rosaleda y no se salieron nunca del partido.
La Rosaleda explotó de alegría cuando en el minuto 84 Juanpi conectó con Borja Bastón que con una definición perfecta batió a Rubén para volver a colocar al Málaga por delante en el marcador, 3-2 y un electrónico que no se movería más para alegría de los malaguistas.