El CDB Clarinos Ciudad de La Laguna Tenerife se une a la "defensa" de la mujer

La campaña resulta curiosa teniendo presente el Caso Clarinos, en el que un total de diez exjugadoras del club morado aseguran que el entrenador Claudio García tuvo un comportamiento inadecuado.
Loida Cabeza
España
25.11.2020
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Con motivo del 25 de noviembre, en el que se celebra el Día Internacional contra la Violencia de Género, el CDB Clarinos Ciudad de La Laguna se ha unido a la causa a través de sus redes sociales. La entidad deportiva dirigida por Claudio García del Castillo ha publicado una imagen en la que figura su escudo y una mano alzada, acompañada del mensaje “La defensa más importante de nuestras vidas”.  

La campaña resulta curiosa teniendo presente el Caso Clarinos, en el que un total de diez exjugadoras del club morado aseguran que el entrenador Claudio García tuvo un comportamiento inadecuado con las deportistas y lo acusan de una serie de vejaciones, como haber dado un tirón de pelo a una.

A continuación, recordamos sus experiencias en las filas del conjunto tinerfeño.

Publicación CDB Clarinos Ciudad de La Laguna Tenerife | @CBClarinos

Sara Djassi: "Claudio García hacia comentarios inapropiados como «Chúpame los huevos»

Tras una entrevista realizada por Columna CeroLaura Chahrour, en la que admite que el peor momento de su trayectoria deportiva fue cuando estuvo en el Ciudad de los Adelantados por no tener "entendimiento con el entrenador, Claudio García", Sara Djassi envió una carta abierta a este medio de comunicación para relatar aspectos de su paso por el ahora denominado Ciudad de La Laguna Tenerife (que actualmente compite en la Liga Femenina Endesa y próximamente luchará por hacerse un hueco en la EuroCup Women). 

La jugadora portuguesa, que defendió la elástica morada en el curso 2015/16, explica: 

"Durante mi etapa en el club tuve la peor experiencia de mi vida. Mi relación con Claudio García, el actual entrenador, nunca fue saludable desde el principio. Incluso, a veces, hacía comentarios inapropiados hacia mi persona que me hicieron sentir realmente incómoda. Por ejemplo, «Tú, portuguesa, tienes un buen culo». 

Además de esto, solía preguntarme varias veces si tenía novio y quería saber si él estaba en Tenerife. Incluso me dijo que, si tuviera uno en la isla, lo descubriría porque conoce a todo el mundo. Desde ese momento me sentí impotente. Aunque hice mi trabajo en la cancha, mi comportamiento cambió. Evitaba hablarle o incluso mirarle. Sé que no fue la mejor conducta… Pensé que me castigaban porque siempre era la última persona a la que le pagaban, unos 15 días después de la fecha de vencimiento. Yo sabía a ciencia cierta que a mis compañeras de equipo se les pagaba a tiempo.

Durante las sesiones de entrenamiento que gritaba en voz alta «¡Chúpame los huevos!» y «¡Me cago en mi puta madre!». Esto es solo para que se hagan una idea… Como nadie reaccionó, pensé que era un comportamiento "aceptable" desde que lo noté desde el comienzo de la temporada. La primera vez que traté de abordar su comportamiento hacia nosotras, me echaron del entrenamiento. Nunca tuve el apoyo o la protección de los demás miembros de la entidad. Además, Claudio dejó claro que nadie estaba por encima de él y que no importaba lo que yo dijese, porque no me creerían. Todavía recuerdo que durante un partido contra Cáceres, estaba agresivo y tan enfadado con las jugadoras que nos llamó “putas”. 

El 29 de enero de 2016, le envié un mensaje al fisioterapeuta y a Claudio indicando que mi rodilla estaba hinchada y necesitaba recibir algún tipo de tratamiento. Pero el fisioterapeuta me mandó un mensaje diciendo que no podía ir esa semana porque estaba muy ocupado.

En este contexto, le envié un mensaje al entrenador diciéndole que me dolía la rodilla, pero lo ignoró. Cuando llegué al entrenamiento, me obligó a ejercitarme. Lo intenté, pero no pude correr debido al dolor que sentía. Entonces, empezó a gritarme y a decir que ya no me pagarían. Cuando decidí abandonar el gimnasio por su comportamiento agresivo. Claudio García cerró la puerta y me dijo que no saldrá de allí. El entrenador se paró frente a la puerta y me empujó duramente tres veces con su cuerpo. Como esto pasó al comienzo del entrenamiento, los demás entrenadores estaban allí y no hicieron nada para detenerlo. Tampoco dijeron nada. “¡Tú misma! No vas a ir a ninguna parte. ¡Yo soy el presidente!”, dijo García. La situación era tan ridícula e increíble que mi única vía de escape del gimnasio fue arrastrándome entre sus piernas. Mientras, él apretaba mi cintura para evitar que pudiera escapar.

La jugadora durante un partido con el conjunto morado | CDB Clarinos Ciudad de La Laguna Tenerife

Kayla Woodward: "Lo mejor que hice fue irme. Esa experiencia me hizo no disfrutar del baloncesto"

Por su parte, Kayla Woodward también jugó con el equipo entrenado por Claudio García en la temporada 2015/16. La alero norteamericana recuerda mediante un vídeo:

"Sé que se dijeron cosas sobre mí, pude entender la mayoría de palabrotas en español. Por ejemplo, una vez el entrenador Claudio García señaló a sus partes íntimas y dijo “¡cojones!”. Entonces pensé que no debería estar diciendo eso, o llamándonos “putas”. Eso es inaceptable. No solo eso: cuando alguien intentaba enfrentarse a él o decirle algo (como, por ejemplo, con Sara) la echaba y gritaba. Aunque no sabía español, podía deducir por los gestos y demás lo que estaba diciendo. No se estaba portando bien con Sara.

Estuve dos meses sin wifi. Tenía que ir a una cafetería para llamar a mi madre mientras comía. Era la única forma de comunicarme que tenía con mi familia. Todos los días preguntaba al club cómo iba este tema, pero cada vez que lo hacía me decían “mañana, mañana”. Seguí confiando en que lo solucionarían durante dos meses. Estuve en el Ciudad de los Adelantados cuatro meses, de finales de agosto a diciembre. La mitad del tiempo que estuve ahí no pude comunicarme con mi familia.

Lo mejor que hice fue irme. Esa experiencia me hizo no disfrutar del baloncesto. Después de mi último partido, tiré los tenis a la basura. Ahora he querido dejar eso de lado y seguir con mi vida. jes. Pero de entre todo lo negativo, hubo algo positivo: gané a mi amiga Sara para toda la vida. Las experiencias horribles como esas te enseñan a cómo lidiar con la gente y a reaccionar ante diferentes situaciones. Sé que Sara lo pasó muy mal. Yo no hubiera podido aguantar tanto. Hubo muchos aspectos negativos, y soy consciente de que Sara tiene incluso más, porque sé que le decía cosas horribles y sexuales que no tenía que decir. Él ni siquiera nos conocía, no tenía relación con nosotras. Era muy poco profesional": 

La jugadora durante su etapa en el club | CDB Clarinos de La Laguna

Graciela Díaz: "No sabe lo que es tratar con respeto a una jugadora"

Graciela Díaz también decidió compartir su experiencia en la entidad deportiva mediante "Columna Cero". La pívot chicharrera, que estuvo en el club durante la campaña 2014/15, relata:

«Todos saben quién es Claudio García. Todos saben que lo que hace no está bien, pero bajan la cabeza y justifican su comportamiento: “Claudio es así, ya sabes cómo es, no va a cambiar, mejor que no le hagas caso, pasa de él, mejor que no le lleves la contraria, si la coge contigo te castiga sin jugar, etc.”

¡BASTA YA DE NORMALIZAR COMPORTAMIENTOS QUE NO SON APROPIADOS!

Y claro que hay jugadoras que han tenido buenas experiencias con él, pero esas mismas jugadoras son las que han sido testigo del comportamiento inapropiado que ha tenido siempre. Yo vi como sí lo hizo con mis compañeras, pero claro seguimos callando y maquillando algo que está visible a los ojos de todos: CLAUDIO NO ESTÁ CAPACITADO PARA SER ENTRENADOR DE BALONCESTO FEMENINO.

 Y no por falta de conocimientos en términos de baloncesto, sino por el tema personal. No está preparado. No sabe lo que es tratar con respeto a una jugadora, no sabe identificar qué tipo de trato necesita desarrollar para sacar lo mejor de ti.

Todos sabemos lo que pasó el día que me tiró del pelo en medio del entrenamiento y lo enfrenté, el día que le prohibió a la americana venir a defenderme cuando no solo me tiró del pelo sino me hizo creer que no era para tanto. Todos saben que ese año las que se fueron no lo hicieron por “motivos personales”.

Claudio me hizo creer que no era lo suficientemente buena ni importante, me creó inseguridades como jugadora y como mujer. No sólo me humilló a mí, sino a mi trabajo y esfuerzo delante de todas mis compañeras y el cuerpo técnico.

En parte, me creó inseguridades. Siempre se metía con mi físico y me decía que tenía ese culo tan grande tenía que usarse para algo más que follar, como empotrar a la defensa debajo de la zona. «Chúpame los huevos» era la frase estrella.

Tenía la costumbre de hacer la “broma” de pasarse la mano por la lengua y golpearte la frente. Pero lo que para él era una broma, para mí era una falta de respeto. Cuando nos tocaba viajar, yo me pasaba la noche anterior sin dormir para estar lo suficientemente cansada para quedarme dormida en el avión y que no me molestara.

Se metía en mi vida personal sin haberle dado información alguna de la misma para picarme en los entrenamientos. Era una continua falta de respeto, contaba cosas de una a otra para que crear grupos: las que se llevaban bien con Claudio y las que no le reían las gracias. Yo era de la del segundo grupo. Aunque sinceramente me costó muy caro.

Quiero aclarar que esto no es un ataque sino una manifestación de cómo me sentí. Y que experiencias así no se olvidan de un día para otro. A mí me costó años entender que no lo merecía. De hecho, tarde tres años en aceptar que necesitaba ayuda. En 2017 me puse en manos de profesionales y fui diagnosticada con depresión. Experiencias así no solo te hacen perder la confianza como mujer sino como jugadora y también crean el fin de la carrera de muchas deportistas."

Nosotras no queremos ser recordadas como víctimas, queremos ser recordadas como supervivientes. El único objetivo de todo esto es evitar que jugadoras quieran terminar sus carreras deportivas o tengan el baloncesto como la peor experiencia de sus vidas, por no poner fin a comportamientos inadecuados". 

Díaz y García durante un partido. Detrás, Roberto Marrero (exvicepresidente del club) | Javier Fernández

Natasa Mijatovic: "Insulta cuando siente que puede"

Natasa Mijatovic formó parte del Ciudad de los Adelantados durante la temporada 2016/17. La jugadora serbia cuenta:

“Tenerife es un lugar en el que conocí a amigos increíbles. Por eso, recordaré esa etapa como un período bonito de mi vida.  El recuerdo no es tan bueno por culpa del entrenador Claudio García. Utiliza un lenguaje inapropiado e insulta cuando siente que puede. Por eso, las chicas tienen miedo de responder, ya que él manda al equipo. Mi carrera en el baloncesto terminó. Estoy contenta de ahora las jugadoras se defiendan por sí mismas”.

Natasa Mijatovic durante un partido en Tenerife | CDB Clarinos La Laguna

Claudia Aponte: "El problema estaba en que sobrepasaba los límites con sus comentarios"

Claudia Aponte defendió la elástica del Ciudad de los Adelantados en la temporada 2014/15. La internacional paraguaya explica en una entrevista: 

"En un entrenamiento Claudio García se enfadó con Graciela Díaz porque decía que no estaba entrenando duro. Todas las compañeras nos quedamos sorprendidas (por el tirón del pelo). Personalmente, me quedé molesta y confundida. No entendía por qué no se hacía nada al respecto. Yo como protesta, estuve a punto de irme del entrenamiento. Pero vi que nadie decía nada y decidí no marcharme. Creo que tenía que haber sido una decisión de todo el equipo para conseguir que se hiciera algo al respecto.

Claudio García y yo al principio no tuvimos ningún problema. Pero a medida que fueron pasando los meses, vi actitudes suyas con el equipo que yo no compartía. En dos ocasiones salí a defender a mis compañeras porque consideraba que su forma de actuar no era la correcta ni era propia de un entrenador profesional.

Debido a ello, llegó un momento de la temporada donde decidí mantenerme al margen por mi bien y por no entrar en ninguna guerra. Hice esto porque en ese momento consideré que era lo mejor para mí trabajo. Yo tuve la capacidad de evadirme y que no me afectaran las actitudes que tenía él con el equipo. Sin embargo, considero que esto sí afectaba a otras compañeras.

El problema estaba en que sobrepasaba los límites con sus comentarios. Creo que esto con el tiempo Claudio García lo tuvo que ir mejorando. Ahora lleva un equipo en la élite, con jugadoras puramente profesionales, y debe saber manejar estas cosas. Con el paso de los años se aprende, todos nos equivocamos y cometemos errores. Pero veo necesario que las jugadoras que se vieron afectadas reciban algún tipo de disculpa, confío en que Claudio García lo hará.

Para mí el baloncesto es una escuela de vida, y me ha enseñado que todos nos equivocamos y aprendemos. Por ello, deberíamos tener una segunda oportunidad, creo que puede ser el caso de Claudio García si él es capaz de hacer autocrítica, asumir lo que ocurrió y aprender de estas situaciones. Y, sobre todo, que esto no vuelva a ocurrir". 

 

Claudia Aponte apunta hacia la canasta durante un partido | CDB Clarinos La Laguna

Stephanie Jensen: "El entrenador del Clarinos hacía comentarios sexuales a las jugadoras"

Stephanie Jensen formó parte del Ciudad de los Adelantados en la temporada 2014/15, cuando el conjunto morado debutaba en la Liga Femenina 2. La alero danesa manifiesta en un vídeo

"Fui testigo de cómo hablaba a las jugadoras más jóvenes del equipo y a las españolas. Yo no entendía mucho español, pero a medida que pasa el tiempo, entiendes alguna palabra. Y entendí cuando les estaba hablando mal a las jugadoras jóvenes. Presencié cuando llamaba a las chicas “putas” y les gritaba cuando no hacían bien el ejercicio, encarándose con ellas y como intentando provocarlas supongo. Lo presencié con Graciela Díaz y con otras jugadoras jóvenes también.

Se encaraba con ellas y les hablaba mal, les gritaba delante de sus caras, siendo muy verbal y físico en su apariencia. En aquella época, como yo era novata, pensaba que así era el baloncesto de España. Así que, para ser sincera, no le di muchas vueltas en aquella época. Simplemente, yo estaba feliz y no me afectó mucho en el terreno de juego, no pensaba mucho sobre ello en aquella época.

Respecto a mi relación con el entrenador, Claudio García, cuando estaba allí pensaba que teníamos buena relación. Pero a medida que escuchaba a otras jugadoras a hablar sobre su experiencia en el equipo y en la isla, definitivamente podía reconocer al 100% algunas de las cosas que decían.

Por ejemplo, el entrenador hacía comentarios sexuales a jugadoras. A mí también me preguntó muchas veces y regularmente si tenía novio, dónde estaba, quién era, etc. Que lo tenía en ese momento, estaba en Nueva York.

En cuanto a la organización, el club estaba empezando cuando yo me fui a jugar allí. Nunca nos pagaron a tiempo, ni una sola vez. El apartamiento donde vivíamos estaba bien y no tengo quejas de ello. Estábamos todo el tiempo yendo y viniendo de entrenar, también a altas horas de la noche. Así que piensas que es como debe ser.

Mi mayor problema con la organización, fue sin duda, el hecho de que rompieron mi contrato y se salieron con la suya fácilmente.  En el contrato que firmé antes de llegar ahí decía que si el club lo rompía en cualquier momento, estaba obligado a pagarme mi salario en lo que quedara de año. Como he dicho, tenía un buen contrato, asegurándome recibir dinero durante todo el año, sin importar cómo estaba jugando.

Al principio de la temporada, tuve tres lesiones. Nunca había estado lesionada y empezó como una lesión leve, que me mantendría fuera un par de días, no estaba tan mal. Una o dos semanas después de que volviese, me torcí el tobillo durante un entrenamiento y estuve fuera unas dos semanas.

Fue una torcedura bastante mala. Ellos estaban intentando meterme prisa para volver lo antes posible, obviamente, porque querían que jugase. Volví despacio, pero segura de mi lesión de tobillo. Me acuerdo que fuimos a entrenar y ese día llovía mucho. Estábamos entrenando en el viejo gimnasio de La Laguna (pabellón Juan Ríos Tejera), había una gotera en el techo y estaba entrando el agua.

Me acuerdo que algunas chicas preguntaron si íbamos a entrenar en esas condiciones. Pero ellos limpiaron el suelo, nos dijeron que estaba bien y nos obligaron a entrenar a todas. Evidentemente, alguna de nosotras se iba a resbalar y me pasó a mí. Resbalé durante un ejercicio, me caía hacia atrás sobre una de mis manos y me hice daño en mi mano de tiro (mano derecha). Fue muy grave.

No sé por qué querían que siguiese entrenando cuando dije que no podía. Quizás como no estaba llorando no pensaban que fuera tan grave. Así que me forzaron a seguir entrenando. No podía tirar, no podía hacer nada con mi mano derecha. Los entrenadores y el club no querían que fuese al hospital. No paraba de decir que me llevasen para hacerme una radiografía o algo". 

Stephanie Jensen durante su etapa en el club tinerfeño | CDB Clarinos de La Laguna

Valerie Avebe: “En el Clarinos fui testigo del lenguaje inapropiado del entrenador”

La internacional camarunesa Valerie Avebe indica que Claudio García, utilizó durante su estancia en el club diversas palabras malsonantes. «Fui testigo del lenguaje inapropiado del entrenador, nos insultaba. Nos llamaba “putas” durante los entrenamientos y partidos. También solía decirnos cosas groseras como “chúpame los huevos”».

La jugadora durante un partido | CDB Clarinos de La Laguna

Duna González: "Hacía comentarios relacionados con nuestra orientación sexual"

Duna González llegó al CDB Clarinos de La Laguna durante la temporada 2014/15. La base canaria señala: 

«El hecho de ser técnico no justifica para nada los insultos y comentarios machistas. Incluso llegaba al punto de entrometerse en nuestra vida privada. Por ejemplo, hacía comentarios relacionados con nuestra orientación sexual. La verdad es que decía cosas muy feas…

Estuve en el entrenamiento en el que el entrenador le tiró del pelo a Graciela Díaz. Recuerdo que, ese día, ella se enfadó y le dijo que ni su madre le tocaba. Otra de las cosas que Claudio García solía hacer era darle patadas a los balones para que llegasen al techo, sin tener cuidado de que nos cayesen encima. Digamos que excedía mucho los límites como entrenador. Y si el resto del cuerpo técnico estaba presente, optaba por el silencio.

Creo que ninguna jugadora contó lo que estaba pasando por miedo, sobre todo las que éramos más jóvenes. Para las extranjeras también era complicado, al depender económicamente del club para seguir viviendo en el piso. Fue Claudio quien les fichó y tal vez no dijeron nada por si se quedaban sin equipo a mitad de temporada, porque es difícil encontrar otro a esas alturas de la competición.

Durante los viajes a la Península, nos llevaban a comer a sitios de comida rápida como el Burger King y McDonald's. Aunque nosotras no teníamos nada en contra de estos establecimientos, en el club sabían que yo soy vegetariana y que otras compañeras no podían comer carne o cerdo por su religión o carne.

Siempre he pensado que como es el hijo del presidente y dueño del club, se lo permiten todo. De lo contrario, lo habrían despedido desde la primera temporada. Es obvio que le van a defender a muerte, digan lo que digan las jugadoras lo negarán».

Duna González relata detalles de su paso por el club morado | CDB Clarinos La Laguna

Miriam Mckenzie: "El entrenador siempre estaba enfadado y decía cosas inapropiadas"

Miriam Mckenzie formó parte del CDB Clarinos de La Laguna durante la temporada 2017/18. La escolta norteamericana explica: 

«Los entrenamientos eran ridículos. Hubo poco tiempo de descanso y los entrenamientos fueron exagerados. La primera semana que estuve allí hicimos una caminata obligatoria por una montaña. Luego corríamos por las colinas y por las calles. Esto es algo que nunca había hecho a ningún nivel. Solamente estoy acostumbrada a correr sobre la pista, césped o pisos de madera en superficies niveladas. En ese momento, no pensé que fuera lo mejor para mi salud. Por eso, no traté de seguir el ritmo del resto del equipo, pero me esforcé lo máximo posible. Era incómodo estar en los entrenamientos porque mi rodilla empeoraba por los ejercicios que hacíamos. Además, el entrenador me obligó a jugar en un partido de pretemporada o me mandaba a mi hogar. De todos modos, jugué y me mandaron a casa como una semana después.

El entrenador siempre estaba enfadado y decía cosas inapropiadas que mis compañeras de equipo traducían. Decían que nos estaba llamando “idiotas” y otros improperios. Desde el principio, no me gustó el ambiente que había en el club. No trataba a las jugadoras con ningún respeto y fui testigo de este comportamiento inapropiado. No le importaba en absoluto el bienestar de las jugadoras, por la excesiva cantidad de entrenamiento y el poco tiempo de descanso».

La jugadora durante su etapa universitaria | Loyola University Maryland Athletics

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