La primera de ellas es comprobar si la preparación exclusiva para la ronda gala que realiza Chris Froome sigue siendo eficiente como lo era en el caso de Greg Lemond y del tramposo Lance Armstrong. El británico, una vez más, se juega la temporada a sacar la carta más alta. Eso sí, busca su póker de tours, y para ello vuelve a contar con una escuadra de lujo con tres espadas de primer nivel en la montaña: Sergio Henao, Mikel Landa y Mikel Nieve.
La segunda de las incógnitas es saber si volveremos a ver al Alberto Contador de antaño en su décima participación. Al margen de las estupideces que circulan por twitter en boca de su antiguo patrón, parece que la puesta a punto del pinteño ha sido la adecuada, convencido por los rectores de su nuevo equipo, el Trek Segafredo, de que no es necesario disputar la victoria en todas las pruebas en las que toma la salida. Tarea harto complicada persuadir de ello a un ciclista como Alberto, impregnado de un carácter ganador que le motiva en todas las carreras, por modestas que sean. Bauke Mollema y Jarlinson Pantano serán sus lugartenientes en las ascensiones.
La tercera es constatar si un colombiano sube, por primera vez en la historia, a lo más alto del cajón en los Campos Elíseos. Nairo Quintana ha cambiado su calendario este año, disputando un Giro en el que cedió ante Tom Dumoulin en la contrarreloj final. Una ‘Corsa Rosa’ hecha a su medida y con la mejor escuadra de largo a su disposición. Sin embargo, Nairo no estuvo a la altura de lo esperado. Con un gregario de superlujo como Alejandro Valverde a su lado, el de Boyacá, a sus 27 años, debe dar de una vez por todas un golpe en la mesa en la ronda gala, y demostrar que el miedo que parece tener a Froome no es más que un invento de la prensa. A Esteban Chaves, por su parte, parece que pedirle algo más que un top cinco es exigirle demasiado. Todavía es pronto para empresas mayores, teniendo en cuenta que debuta en el Tour.
[Sumario]
La cuarta incógnita es cerciorarse, una vez más, de que los franceses siguen sin encontrar a su nuevo Bernard Hinault, Jacques Anquetil o Louison Bobet. El segundo puesto de Romain Bardet en la pasada edición les confiere alguna esperanza, pero el joven corredor del AG2R sigue sufriendo en la crono, y esto le resta muchas posibilidades de victoria en una gran vuelta. Por otro lado, Thibaut Pinot hizo un buen Giro en mayo, logrando el cuarto puesto, pero es un ciclista presa de su irregularidad. Esta es, sin duda, la menos incierta de las incógnitas.
La quinta es conocer las prestaciones de Fabio Aru en su segunda participación en la ‘Grande Boucle’. El sardo debe mostrar su talento, al menos para pelear por el podio. Llega muy fresco, ya que se perdió el Giro del centenario por lesión.
La sexta y última de las incógnitas se llama Richie Porte. ¿Será este el año en que el australiano se desprenda por fin de la presión y luche por la victoria en el Tour? Comparece en muy buena forma, aunque lo hace arropado por un equipo bastante flojo en la montaña, a excepción del italiano Damiano Caruso. De momento, su “amigo” Froome le ha hecho un flaco favor otorgándole la condición de principal favorito al triunfo final. Más responsabilidad para el ‘aussie’.
Una ecuación con seis incógnitas que se resolverá del 1 al 23 de julio en un trazado que, desde hace casi un cuarto de siglo, no incluía etapas en sus cinco macizos montañosos, y con los Alpes como grandes jueces de la carrera.
