La vuelta de Yassine Bounou al Atlético de Madrid se acerca. Vistas sus recientes actuaciones en el tramo inicial de liga, se está convirtiendo en uno de los guardametas más cotizados del mercado. El Girona lo sabe, y dado que su contrato vence el próximo 30 de junio de 2019, se ha puesto manos a la obra para tratar de renovarle. Sin embargo, el Atlético no le pierde de vista, y Bono estaría encantado de volver al club que le trajo a Europa. Por ello, ha paralizado las negociaciones contractuales a la espera de un movimiento rojiblanco, tal y como admite el diario As.
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La situación de Bono es, cuanto menos, compleja. El Girona lleva desde la pasada campaña tratando de renovarle. De hecho, se esperaba que para el inicio de esta liga ya estuviera todo arreglado. Sin embargo, en aquel momento, pequeños flecos por cerrar impidieron el cierre de la operación. Ahora, la dirección deportiva gerundense, encabezada por Quique Cárcel, ha marcado esta negociación como prioritaria, a sabiendas de que se puede complicar con el paso del tiempo.
Desde su traspaso al Girona en julio de 2016, el Atlético se guarda el 50% de los derechos federativos del jugador. Lo hicieron para asegurarse recibir una pequeña suma de dinero en caso de traspaso, pero ahora la situación ha cambiado radicalmente. A partir del 1 de enero, Bono será libre para negociar con cualquier club. Si firma un nuevo contrato, el Atlético perderá su porcentaje de derechos sobre el meta.
A sus 27 años, Bono se está convirtiendo en una de las grandes revelaciones de la competición. Su partido ante el Valencia lo dice todo; una constante exhibición de reflejos, estiradas y capacidad para salvaguardar su arco que propiciaron la victoria de su equipo en Mestalla. Ha encajado 15 goles en 13 partidos jugados, y ha dejado su puerta a cero en cinco ocasiones. Es, además, el segundo portero que más paradas realiza de la Liga Santander, solo por detrás de Oier Olazábal.
Yassine Bounou llegó al Atlético de Madrid en el año 2012 desde el Wydad Casablanca a cambio de una cifra que rondaba los 360 mil euros. Llamó la atención de los ojeadores rojiblancos tras convertirse en uno de los porteros más jóvenes en jugar una final de la Champions League africana. Experiencia, desde luego, no le faltaba. Jugó en el filial colchonero durante dos años hasta que se marchó cedido por otros dos años al Real Zaragoza. El buen nivel mostrado en el cuadro aragonés fue suficiente para que el Girona apostase por su fichaje en el verano de 2016.
Bono se impone a Lucas en un balón aéreo en un entrenamiento con el Atlético / Foto: Atlético de Madrid