Todo comenzó tras la final de Champions que el R.Madrid conquistó ante el Liverpool, en plena celebración del equipo, Cristiano Ronaldo robó el protagonismo de la orejona y sus compañeros anunciando que se marchaba del R.Madrid. Aunque por entonces sus palabras se tomaron más como una forma más del portugués de querer hacerse notar que de una realidad, los últimos acontecimientos demuestran que todo aquello estaba fundamentado.
Cristiano se marcha por varias razones; su nómina se verá notablemente incrementada en el club italiano, allí seguirá siendo el líder del proyecto y la responsabilidad que tendrá que soportar sobre sus espaldas será menor. Y es que esta es la segunda de las razones que le llevan a abandonar el R.Madrid, a sus 33 años, CR7 sabe que ya no tiene ni el pulmón ni las fuerzas de seguir liderando facilmente la escuadra blanca, el luso quería retirarse de blanco pero conoce la intención de Florentino Pérez de incorporar a otra estrella al proyecto. Mucho se hablaba de Neymar y Mbappé, aunque la realidad es que el crack que más al alcance está es Hazard, menos del gusto de Florentino (vendería menos camisetas que Ney) pero a la altura de los grandes jugadoes del momento.
Y es esto último lo que provoca que Cristiano pida a Florentino aceptar su salida, no quiere que sus últimos años en el Madrid se recordasen como un Cristiano bajo la sombra de otra estrella. De haber continuado en la casa blanca era bajo la condición de seguir siendo el gran protagonista, algo que con la llegada de Mbappé, Neymar o Hazard, añadido a sus 33 años, no solo no lo tenía asegurado, es que a buen seguro habría acabado pasado por la derecha por cualquiera de estos tres posibles nuevos inquilinos del Bernabeu.
Cristiano se marcha y muestra su gran cariño al Real Madrid, lo hace pidiendo a la Juventus una presentación nada a lo grande, discreta, no quiere repetir lo que nueve años atrás vivió al llegar a Madrid, ante el que ha sido durante casi dos lustros su afición.
CR7 genio y figura hasta el final, se marcha a ganar más dinero y seguir siendo el líder, aunque a cambio tenga que renunciar al club con el que más títulos ha ganado.