Rusia y Egipto cerraban el sexto día del Mundial con la primera gran ‘final’ del torneo. La victoria local deja virtualmente asegurado su pase a la siguiente ronda, mientras que Egipto deberá esperar un milagro rocambolesco si aun aspira a llegar a los octavos de final. Bastaron 15 minutos a una gran Rusia para noquear a sus rivales con tres espléndidos goles. El tanto de Salah desde el punto fatídico no hizo más que redondear el resultado.
El encuentro comenzó relajado, con dos equipos que, conscientes de la imperiosa necesidad de obtener un resultado positivo, se tanteaban entre ellos. Pero fue Rusia la primera que tomó la iniciativa, imponiendo un ritmo más alto al partido. A balón parado, el experimentado central Sergey Ignashevich se elevó para asestar un potente cabezazo que atrapó El Shenawy. Más tarde, la alta presión de Golovin forzó el error de un ‘dormido’ Elneny para acabar jugada con un disparo desde la frontal que se marchó por poco. Rusia avisaba, y la afición local se animaba.
Los Faraones, por su parte, no querían ser menos. Tardarían poco en despertar de su pequeño letargo. Trezeguet, muy activo en ataque, fue de los primeros en probar a Akinfeev. Como si tratase de emular el tanto de Coutinho ante Suiza, el joven extremo del Kasimpasa se colocó ligeramente escorado en la frontal para golpear buscando el palo largo del portero. Su tiro, desafortunadamente para él, se marchó a pocos centímetros del poste.
Transcurridos treinta minutos del duelo, ambos equipos habían logrado tener sus respectivas fases de dominación en el encuentro. Pero como viene siendo habitual en lo que llevamos de Mundial, los goles no están brillando por su presencia. Las principales ocasiones llegaban en base a centros colgados al área, ya que tanto Mossen como Dzyuba, delanteros altos y corpulentos, son especialistas en esa faceta. El principal reclamo del partido, ‘Mo’ Salah, parecía desaparecido en combate.
Pero en el 40’, el público se levantó. Mohamed Salah había recibido un balón en la frontal. Poco le importaba a la afición rusa que estuviera marcado por dos zagueros, se respiraba la tensión en el ambiente. El extremo, fiel a su estilo, respondió a las expectativas. Sacó un gran recorte, y Zhirkov ya estaba en el suelo. Con la zurda, encañonó la pelota hacia la portería. Egipto entero ya cantaba el gol, pero el balón salió rozando la madera. Cherchesov ya se había percatado del peligro que el 10 podía crear con muy poco.
Tras la reanudación, Egipto volvió a salir adormilada. Pero esta vez Rusia no perdonaría. En el 46’, llegaba, de forma cómica, la primera diana del encuentro. Era el enésimo centro local buscando a Dzyuba que la zaga africana despejaba sin complicaciones. Zobnin cazó el rechace en la frontal, aunque no logró golpear con fuerza. Sorprendentemente, en un insólito intento de despeje de Fathy, la pelota rodó con calma hasta besar las mallas del arco de El Shenawy. Egipto ya estaba contra las cuerdas.
Los Faraones apretaron, pero Rusia quería más. Sin la tensión por la necesidad de marcar, la anfitriona del Mundial esperaba el error en ataque de los egipcios para salir de forma ordenada a la contra. Otra vez en el costado derecho, Mário Fernandes completó una gran acción individual para poner un magnífico centro raso al área pequeña. Un Cheryshev pletórico solo tuvo que poner el pie para empujar el esférico al fondo de la red. Ya era su tercer tanto en la competición, con el que iguala a Cristiano como máximo goleador.
Rusia estaba lanzada. Habían pasado cinco minutos desde el gol de Cheryshev, cuando Dzyuba bajó un balón largo que llegaba desde la parcela defensiva. De forma magistral, se revolvió, apartó la marca de Hegazy y colocó la bola lejos del alcance de El Shenawy, justificando así su titularidad en detrimento de Smolov. Tercer gol que recibían los visitantes en tan solo 15 minutos. Egipto estaba noqueado.
Pues fue en su peor momento cuando, de la nada, Salah recibió un agarrón en el área. Previa intervención del VAR (el colegiado inicialmente indicó falta fuera del área), Cáceres Villafañe extendió su mano señalando el punto fatídico. Con la misma tranquilidad con la que Salah clasificó a su selección para el torneo por primera vez en 28 años, la gran estrella africana ejecutó desde los once metros. Potente, alto y escorado, inalcanzable de todas las maneras posibles para Akinfeev. 3-1 y Egipto parecía meterse de nuevo en el partido.
Sin embargo, esta aspiración quedó en un espejismo. Pese a intentarlo, el cuadro de Héctor Cúper no fue capaz de materializar las pocas ocasiones de las que dispuso en los instantes finales del duelo, y el árbitro decretó el camino a los vestuarios. Ambos países mirarán mañana al Uruguay-Arabia Saudí para certificar un futuro que parece claro para ambos equipos. A su vez, España y Portugal toman nota de Rusia, que puede ser uno de sus rivales en octavos en caso de lograr el pase.
Ficha técnica
Rusia: Akinfeev; Fernandes, Kutepov, Ignashevich, Zhirkov (Kudryashov, 86’); Zobnin, Gazinskiy, Samedov, Golovin, Cheryshev (Kuzyaev, 74’); Dzyuba (Smolov, 79’)
Egipto: El Shenawy; Fathy, Gabr, Hegazy, Abdel Shafy; Elneny (Amr Warda, 64’), Hamed, Salah, El Said Bekhit, Trezeguet (Sobhi, 68’); Mohsen (Mahmoud Kahraba, 82’)
Árbitro: Enrique Cáceres Villafañe. Colegiado paraguayo. Amonestó a Smolov (Rusia) y a Trezeguet (Egipto)
Goles: Fathy (p.p., 47’), Cheryshev (59’) y Dzyuba (62’), y Salah (p., 73’)
Estadio Krestovski. Jornada 2 Grupo A Mundial Rusia 2018
