Se acabó, los Cavs, o mejor dicho, Lebron, no pudo más. Los Warriors sellaron su campeonato arrasando a Cleveland por un contundente 4-0 y con un James impotente y cansado. El cuarto partido acabó con un claro 85-108, dos imagenes llamativas, la de Lebron despidiendose de su afición y rivales (el de anoche fue su último partido con Cavs) y la nominación de MVP de las finales de Kevin Durant, decisión polémica, la afición y una gran parte del periodismo especializado en NBA pedían a Curry como MVP por sus números en la final.
Y es que se cumplieron las expectativas, Cavaliers llegaban a la gran final sin gasolina, con lo justo y un Lebron James muy solo en la lucha por el anillo. Por contra Warriors, siempre dieron la sensación de acelerar y senteciar al ritmo que ellos impusiesen, bien liderados por Curry, Durant, Thompson y Green, y un inesperado actor secundario como McGee, los Warriors solo sufrieron en el primer partido de la serie, a partir de entonces el paseo ha sido monumental.
Es el tercer anillo conquistado por los de Kerr en cuatro años, algo que sólo unos pocos han podido lograr en la historia de la NBA. Además, Durant consigue su segundo MVP de las finales consecutivo desde su llegada a Golden State.
La otra cara de la moneda la puso James, del cual se especula acabará en Sixers, aunque otras franquicias como Spurs, Lakers o incluso Boston, podrían estar interesadas en hacerse con el mejor jugador de la NBA actual. Lo que si es seguro, es que James jugó su último partido con Cavs la madrugada pasada.
