Marruecos es uno de los destinos más interesantes para el turismo español. Está sólo a 14 kilómetros de España cruzando el estrecho de Gibraltar y, desde hace unos años, multiplica el turismo procedente de España. Nombres como Marrakech, Casablanca, Agadir, Fez, Meknes o la ciudad de Tánger, otrora cosmopolita, internacional y acogedora son sólo ejemplos del atractivo que, para el turista español ejerce Marruecos.
Hoy escribo sobre Tetuán, la capital que fuera del Protectorado español Entre 1913 y 1956, Tetuán fue la capital del «protectorado» español de Marruecos. La administración española construyó varios barrios nuevos extramuros de la vieja ciudad, así como infraestructuras como la ya desaparecida Línea de ferrocarril Ceuta-Tetuán. La influencia del «protectorado» ha seguido siendo importante incluso después de la independencia del país. Así, en 1913, en cumplimiento del Dahir de SAI el Jalifa Muley el Mehdi Ben Ismail se realiza el Censo de población y estadística de viviendas, resultando una población de 18 533 habitantes.
Son aún muchas pistas de la presencia española en la ciudad de las 7 puertas: el Hospital Militar español, la estación del ferrocarril Ceuta – Tetuán, la estatua que corona el edificio de La Unión y el Fénix, el Teatro Español, la antigua sede de Correos, hoy Instituto Cervantes y los numerosos habitantes que todavía hablan español y suponen un aliciente más para visitar la ciudad.
Tetuán ha experimentado un cambio en todos los órdenes: urbanístico, económico-social, turístico y servicios. Su distancia de 47 km. a Tánger la convierte en una excelente base de partida para sus lugares cercanos como Chefchauen, o la costa como Martil, El Rinón, Castillejos y un gran etcétera. Residenciales y Marinas ofrecen un nuevo atractivo de índole náutico y residencial.
En Tetuán se pueden encontrar restaurantes con nombre español e incluso churros, un auténtico vestigio de la cultura española. Pero de lo que más se ha enriquecido la ciudad es de nuevos hoteles, la mayoría en el extrarradio de la ciudad. Es por ello que tener un establecimiento hotelero del nivel de “El Reducto”, en pleno centro de la ciudad y a escasos metros del Palacio Real, es un auténtico lujo.
Entrando por una angosta calle, se llega a la puerta de El Reducto, en la linde de la ciudad antigua o Medina de Tetuán, que ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y donde se han emprendido importantes tareas de restauración en las que ha participado la Junta de Andalucía, habida cuenta del origen andalusí de gran parte del casco viejo.
Su edificio fue un antiguo palacio árabe que fue reformado en 1948 para convertirlo en residencia del Gran Visir de Tetuán Sidi Ahmed Abdelkrim Haddad. Se hizo una restauración en 2006 y se incorporaron elementos como suelos de baldosas y azulejos. Excelente restaurante donde degustar la gastronomía marroquí e internacional. Dispone de 6 amplias habitaciones, con una decoración muy singular y acogedora.
Pero lo relevante de El Reducto es que, la sensibilidad de su dueña, Ruth, para con las personas con discapacidad la ha llevado a comprar la casa de enfrente para preparar dos habitaciones accesibles, tras la estancia de una persona en silla de ruedas y ver de cerca las dificultades que atraviesan. Ruth incorpora un nuevo estímulo para las personas con discapacidad que acercará un poco más la ciudad de Tetuán al panorama del turismo marroquí.
Desde la emisión en Antena 3 de la serie de María Dueñas, “El tiempo entre costuras” Tetuán es objeto de excursiones de españoles para pasear entre lo que es el decorado histórico de una gran historia. Les invitamos a que la conozcan. Incluso a las personas con discapacidad.