Uno nunca sabe dónde va a encontrar el amor, ni mucho menos de quién se va a enamorar. El cine nos ha contado todo tipo de historias al respecto pero además nos ha mostrado las parejas más locas, desde bellas con bestias hasta humanos enamorándose de robots. Una de las últimas parejas extrahumanas es la que nos propone Guillermo del Toro en su última película “La forma del agua”. En ella, Elisa (Sally Hawkins) una chica muda que trabaja como limpiadora de unos laboratorios del gobierno americano descubre en las instalaciones una extraña criatura marina con la que entabla una relación. Esta historia de amor nos transporta a un escenario fantástico donde se mezclan los sentimientos más reales y románticos con lo bizarro que da lugar a un relato precioso. Desde el primer momento empatizamos con la protagonista y nos metemos de lleno en su rutinaria vida: desde que coge el autobús de madrugada para llegar al trabajo, su pasión por el cine y sus dos únicos amigos, un hombre mayor homosexual y una compañera de trabajo.
El reparto se completa con Michael Shannon como villano, como no podía ser de otra manera, ya que demuestra una vez más sus dotes como actor de los que te dan miedo con solo su presencia. Y con Doug Jones como el anfibio, que pasaba cerca de tres horas diarias para meterse en el disfraz aunque ya cuenta con la experiencia tras interpretar al monstruo que se ponía los ojos en la mano en ‘El laberinto del fauno’, que requería de unas seis horas de preparación.
Aunque la base de la película sea esta peculiar historia de amor también está presente el género de aventuras que mantiene expectante durante toda la película sin tiempo para el aburrimiento. Todo ello envuelto con el característico universo de Guillermo del Toro. ‘La forma del agua’, que se llevó el máximo galardón en el festival de Venecia y cuenta con 13 nominaciones para los Oscars, será una de las películas más recordadas del director mexicano, de momento es sin duda una de las más brillantes de su filmografía.
