Cuando uno ve el tráiler de la película Loving Vincent, no tiene muy claro a que atenerse, será solo una versión animada de sus obras, habrá historia… todas esas dudas se resuelven rápidamente tras el inicio de la misma.
Loving Vincent no solo es una obra curiosa por el hecho de haber sido pintada fotograma a fotograma sino por que uno como espectador no se espera la trama que hay tras La noche estrellada. A través de un interesante juego de imágenes en color, respetando el estilo pictórico de Van Gogh, la directora nos cuenta la historia del joven Armand Roulin que tiene el encargo de entregar la última carta escrita por Van Gogh a su hermano Theo, mientras que con las imágenes en blanco y negro se cuentan pinceladas de la historia de Van Gogh, momentos de infancia, de su estancia en París y de sus último días con vida.
El espectador se encuentra entonces ante una historia de descubrimiento de la figura de Vincent Van Gogh por parte de Armand a través de sus amistades en París y después en Auvers-sur-Oise, pero también nos encontramos ante una historia policiaca por el interés y las averiguaciones de Armand sobre el misterio de por qué Vincent se suicidó cuando tenía planes de futuro, ¿por qué, si estaba bien, finalmente se mató?
El juego estilístico que vemos en Loving Vincent es de lo más interesante, los personajes son cuadros expuestos a grandes museos alrededor de mundo como se ve en el apéndice de la película, que han sido interpretados por diferentes actores y después han vuelto a su ser al ser de nuevo pintados, pero esta vez no para estar en un museo colgado de una pared, sino para ser exhibidos en los cines de todo el mundo en pantalla grande.
Loving Vincent es una película muy interesante y con un gran trabajo detrás, ya que primero fue rodada con actores y después fue pintada al óleo por pintores no por animadores fotograma a fotograma, dando el resultado tan curioso que podemos ver en las pantallas de nuestras ciudades.