“La Veritá” surge cuando un telón abandonado en una caja de madera es descubierto en un teatro. Es una pieza única y peculiar, uno de los telones que pintó Salvador Dalí en los años 40, en Nueva York, y que servía como cortina para el ballet Tristan Fou, representando una versión dramática y surrealista de Tristán e Isolda. Un coleccionista de arte propone a la Compañía utilizar este telón en uno de sus espectáculos. A partir de ahí surgen paisajes interiores que parecen más verdaderos que lo real. ¿Las pinturas de Dalí reflejan exteriores de día o de noche?. La respuesta: ni uno ni otro. Las imágenes de Dalí pertenecen a otra dimensión, la de los sueños.
En el espectáculo aparecen 11 artistas en escena, que llevan al espectador a preguntarse si son actores, acróbatas, clowns o músicos.