Llega a la gran pantalla la película Múltiple, dirigida por M. Night Shyamalan. En este filme James McAvoy da vida a Kevin, quien sufre trastorno de identidad disociativo (TID) y dentro del cual conviven 23 identidades diferentes. Junto con Hedwig, un travieso niño de nueve años de edad, coexisten personalidades mucho más problemáticas, algunas de las cuales llevan a cabo el secuestro de tres adolescentes.
Este trastorno, según la psicología, tiene su causa en experiencias traumáticas tempranas, intensas y prolongadas que llevan a la disociación, es decir, al aislamiento de recuerdos, creencias, opiniones, etc, en identidades alternativas que se van desarrollando a lo largo de la vida, y que dan lugar de manera progresiva a un mayor número de identidades, más complejas y separadas entre ellas.
Sin embargo, esta no es la primera vez que el cine recurre a este trastorno, al que comúnmente nos referimos como trastorno múltiple de la personalidad. En la película El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde, basada en la novela de Robert Louis Stevenson, se cuenta la historia de Jekyll un científico que crea una poción para separar la parte más humana del lado más maléfico de una persona. Cuando Jekyll bebe esta mezcla se convierte en Edward Hyde, un criminal capaz de cualquier atrocidad. Se trata al fin y al cabo de un antídoto para controlar sus dos personalidades, el bien y el mal.
Y mucho se ha escrito sobre el trastorno disociativo de Norman Bates en la película Psicosis, basada también en una novela esta vez de Robert Bloch. En esta película Norman mata a su madre y la culpa le hace crear una personalidad dentro de él que suplanta la de su madre y, con ello, parece aliviar su sentimiento de culpabilidad. Sin embargo, a juzgar por la edad del cadáver de la madre, este hecho debió de ocurrir en la edad adulta de Norman y, según la psicología, este trastorno se inicia en la infancia. ‘Errores’ como este han sido muy comentados acerca de este filme, como el hecho de que las dos personalidades discutan entre ellas cuando, en teoría, las personalidades se alternan pero en el momento en el que una personalidad ‘toma el control’, por así decirlo, se convierte en todo el ‘yo’ de Norman, por lo que no deberían ser capaces de discutir entre ellas.
Otra película que también podría contener el ‘error’, antes comentado, acerca del momento en el que se origina el trastorno es Yo, yo mismo e Irene. En este filme, el protagonista, Charlie, reacciona ante un mal día con furia irracional y pone el pueblo patas arriba. Los médicos determinan que se trata de TID y que su mente ha creado a Hank Evans, un matón arrogante, grosero y salido que repara a su modo las frustraciones de Charlie. En esta ficción se toma como causa del ‘nacimiento’ de Hank el momento en que la mujer de Charlie lo abandonó por otro y lo dejó al cargo de los tres hijos, que ni siquiera eran suyos sino del amante de ésta. Momento, de nuevo, lejano al establecido por la psicología para el origen de este trastorno, la infancia.
Otras muchas películas tratan este trastorno de mejor o peor manera. El club de la lucha, por ejemplo, lo hace de una forma que ha dado lugar a opiniones dispares. Y hay quien incluso ve un trastorno de personalidad múltiple en Gollum, de El Señor de los Anillos, causada por el poder que sobre este ser ejerce el anillo.
Veremos de qué modo trata Múltiple esta psicopatología.