En el año 1834, el viajero y anticuario británico Francis Arundell se encuentra en la Anatolia occidental, muy cerca de la ciudad de Usak, cuando se topa de bruces con los restos de una antigua ciudad perdida por el paso de los milenios. Sin embargo, no va a ser hasta después de 20 años cuando otro compatriota, en este caso William John Hamilton, se topa con las mismas ruinas. Este último lo tiene claro. Se encuentra ante la mítica Blaundus, aquella que hoy es conocida como el 'Stonehenge de Anatolia'.
Ambos británicos no eran conscientes de lo que habían encontrado. Estaban ante una legendaria ciudad que solo aparecía en las viejas crónicas. Testimonios que hablaban de una urbe creada en el siglo III a.C. por soldados macedonios que habían quedado en el lugar tras las campañas de Alejandro Magno. Eran llamados como los "macedonios de Blaundus" y sus descendientes sobrevivieron etapas tan dispares como el Reino de Pérgamo o la época romana. El enclave era próspero, glorioso… así hasta llegar hasta llegar a la Edad Media. En el período medieval cae en desgracia por razones que se desconocen hasta que solo quedan piedras y estructuras que rememoran un pasado ya olvidado. Blaundus había desaparecido de los mapas.
Sin embargo, tras los redescubrimientos en el siglo XIX, el 'Stonehengue de Anatolia' recupera los milenios de Historia que le pertenecen. Allí aparece un teatro al borde de un acantilado. También se hallan unos arcos que bien pudieron ser los vestigios de un antiguo acueducto del que solo nos quedan unas rocas apiladas. Eso por no hablar de los múltiples edificios y las murallas que hacen recrear la etapa de esos macedonios de Blaundus. Aunque si hay un monumento que se lleva la palma ese es el Templo de Deméter. Situado en una calle con columnatas que aún se conservan esparcidas en el suelo, este santuario realizado con mármol tuvo que ser el recinto sagrado, el sitio escogido donde contactar directamente con los dioses.
Aun así, el gran atractivo del 'Stonehenge de Anatolia' son las misteriosas tumbas que se han hallado entre sus milenarios muros. Enterramientos de 1.800 años de antigüedad que esconden muchos interrogantes. Solo sabemos que existe una auténtica necrópolis excavada en una montaña, con múltiples túneles subterráneos decorados con enigmáticas formas e incógnitos grabados. Todo para albergar 400 sarcófagos con restos de todo tipo en su interior. Cuántos detalles nos quedan por descubrir en la mítica Blaundus de los soldados de Alejandro Magno.