A las 22.05 horas del sábado, se ofrece en la 1 de TVE la comedía de Álex de Iglesia “Las brujas de Zugarramurdi”, empieza con dos ladrones huyendo de la policía que terminan en una casa de brujas, llena de ocurrencias y gags espectaculares, pero acaba desmadrándose en exceso al final, como ya nos tiene acostumbrados el director vasco, cuya obra más representativa del género es “El día de la Bestia”, la película que le convirtió, junto a Almodóvar, en el abanderado de la posmodernidad cinematográfica de nuestro país.
Pero si el cine disparatado y gamberro de Álex de la Iglesia no nos convence, los espectadores de Teletoledo pueden optar, esa misma noche a las 22.00 horas, por una obra maestra del cine británico, “Suspense” (The Innocents, 1961) rodada al estilo clásico, pero jalonado a su vez de elementos modernos, en un extraordinario blanco y negro, y en pantalla panorámica, entra de lleno dentro del nuevo cine inglés de los sesenta, la versión de la Nouvelle Vague francesa del cine británico, el Free Cinema. Esta nueva ola intimista insistió en el tema de la inocencia pervertida de la infancia y la adolescencia en conflicto con un mundo adulto al que, no obstante, desea pertenecer.
A este objetivo se entrega por entero Jack Clayton en una historia de fantasmas, basada en la primera novela de terror psicológico (“Otra vuelta de Tuerca” de Henry James), y ambientada en una mansión aislada en medio de la campiña inglesa. Deborah Kerr resulta absorbida por su obsesivo personaje, es la única que dice ver a los fantasmas y Clayton juega con esta ambigüedad hasta el final: ¿Está loca o es vidente?
La nueva institutriz pretende imponer sus visiones de ultratumba al ama de llaves analfabeta y a los niños a su cargo, los hermanos Flora y Mails, víctimas de su manía sobreprotectora, pero éstos no son tan ingenuos y fáciles de manipular como cree. La historia circular se cierra en el mismo momento en el que comienza, cual pesadilla sin fin, como si los personajes estuviesen atrapados en ese morboso universo de puritanismo religioso y perversión.
Inspiró a Amenábar para “Los Otros” y a realizadores como Narciso Ibañez Serrador, hechizados por la intriga, el misterio y esa canción dulce, a la vez siniestra, en medio de la oscuridad, iluminada por la tenue luz de las velas, modelo del llamado “terror gótico”, al margen de las producciones de la Hammer, pero lleno de atrevidas sutilezas. Lástima que no podamos optar en esta ocasión por el sistema dual, ya que la obscenidad verbal fue censurada en el doblaje, pero toda la película está plagada de referencias y símbolos sexuales, empezando por la “humedad” reinante como metáfora del deseo femenino. Seis años después, Clayton repitió el tema la maldad oculta y seductora de las mentes infantiles en “A las nueve de cada noche”.
Al terminar, se ofrecerá un coloquio sobre la película dentro del programa “El Callejón de las Maravilas” que vuelve a emitirse como siempre el domingo por la tarde para los telespectadores que dispongan de este canal.
