La atención temprana busca brindar apoyo a niños con algún tipo de déficit a través de una serie de acciones compensadoras que contribuyan a una maduración y que les permita obtener todo el desarrollo posible. Esta labor debe ser llevada a cabo por un experto en atención temprana con una formación adecuada en educación, salud e intervención social. Estas labores se realizan en gabinetes psicopedagógicos, centros de educación infantil y asociaciones de personas con discapacidad.
¿Qué es la atención temprana?
Podría definirse como el conjunto de acciones enfocadas a tratar a la población infantil, la familia y su entorno, para dar una respuesta temprana a las necesidades de los niños con dificultades en su desarrollo o con riesgo de sufrirlas. Padecer un trastorno en el desarrollo es una condición que afecta en gran medida en el ámbito familiar, social y por supuesto, individual. Por eso es tan importante contar con profesionales en las aulas que puedan detectar posibles trastornos y proporcionar una atención temprana lo más pronto posible, ya que así se podrán minimizar los problemas asociados a su dolencia y disminuir sus limitaciones.
Cuando un niño con algún desorden en su desarrollo no recibe la atención apropiada, tiene más probabilidades de que se agrave su trastorno y de tener dificultades para su integración en cualquier ámbito y, en definitiva, para hacer una vida normal.
La atención temprana se aborda desde un enfoque multidisciplinar para un desarrollo integral del niño. Los profesionales en esta tarea deben adquirir diversas competencias que le capaciten para orientar a los niños a nivel interdisciplinar para que los distintos profesionales puedan actuar de forma coordinada en el ámbito educativo, médico, psicológico y social.
¿A quién está dirigida la formación en atención temprana?
La formación en atención temprana va dirigida a profesionales que, de manera directa o indirecta, requieran conocimientos para poder dar este tipo de soporte a niños y familias.
– Médicos pediatras.
– Doctores de atención primaria.
– Especialistas en otorrinolaringología y neurología.
– Fisioterapeutas.
– Psicólogos.
– Enfermeros.
– Logopedas.
– Maestros de educación infantil.
– Diplomados en magisterio.
– Graduados en terapia ocupacional.
– Expertos en psicomotricidad.
– Agentes sociales vinculados a la salud.
– Cualquier otro licenciado relacionado con la salud, medicina o educación.
El planteamiento de estimulación de los niños engloba todas las áreas del desarrollo personal: cognitivo, sensoriomotor, estimulación de la comunicación, y desarrollo afectivo y social.
¿Qué capacidades debe tener un especialista en atención temprana?
Así pues, una formación en atención temprana debe proporcionar conocimientos en los siguientes aspectos:
– Información sobre el desarrollo evolutivo y los principios neurocognitivos de los niños de diferentes edades, incluyendo el periodo prenatal.
– Conocimiento del marco legislativo y los ámbitos de actuación para los niños con algún tipo de discapacidad
– Diagnóstico y evaluación de los trastornos, así como bases para la intervención precoz.
– Conocimientos para la atención en trastornos sensoriales y físicos. Esto incluye la estimulación prenatal y en bebés prematuros. También los casos de parálisis cerebral, deficiencias visuales o auditivas, dificultades psicomotoras y distrofias musculares.
– Capacidad para elaborar una estrategia que ayude a la familia a abordar y participar en la intervención temprana del niño.
– Competencias para dar atención en trastornos congestivos, del comportamiento o comunicativos. Por ejemplo, en casos retraso mental, autismo, trastornos del habla, del desarrollo, de la conducta alimentaria, sobredotación, entre otros.
La atención temprana en las aulas persigue compensar las desigualdades particulares de los niños y permitirles desarrollar al máximo sus capacidades individuales, para una vida plena y lo más independiente posible.