El sábado tuvo lugar la tercera y última jornada del festival MadCool, el río de gente que se acercaba a la entrada era continuo y gracias a que la mayoría llevábamos nuestras pulseras de casa, la entrada fue rápida y fluida.
Una vez dentro, para los que solo teníamos la entrada del sábado se iniciaba un reconocimiento del lugar para poder ubicar cosas tan elementales como la comida, los servicios, los bares y por supuesto los escenarios.
A primera hora de la tarde se estaba muy a gusto, había gente, pero se podía caminar y acercarse a los escenarios para disfrutar de grupos como DePedro, que empezó con puntualidad británica, como casi todos los grupos a excepción de Moderat. Jairo Zabala y los suyos tocaban unos 45 minutos así que no había tiempo que perder y comenzaron con la artillería pesada haciendo bailar a la gente desde el minuto uno con Como el viento y con ¿Hay algo ahí? de su último disco.
[Sumario]
Una de las cabezas de cartel de este día era Wilco que volvía a España un año después de haber participado en las Noches del Botánico, como siempre había muchas ganas de verlo, así que dejamos a DePedro y nos dirigimos al escenario principal y a su hora comparecieron Jeff Tweedy y los suyos. El público estaba entregado a la grandeza de Wilco y estos fueron tocando temas de siempre, incluso de sus primeros discos con canciones más recientes. Fue un gran concierto, en general la gente estaba interesada en lo que estaba viendo, pero no tuvo el encanto de las Noches del Botánico.
Tras Wilco, llegaba el turno de Manic Street Preachers, mi intención era verlos mientras cenaba algo, el problema de mi idea inicial es que la zona de la comida estaba a la entrada y una vez allí, había unas colas enormes que dificultaban seriamente la circulación para ver todos los foodtrucks disponibles y para colmo de despropósitos allí estaba el escenario Mondosonoro, el más pequeño de todos con una de las peores ubicaciones del festival, junto con todo el humo de la comida que no ventilaba lo suficientemente bien. La sensación era de estar en un sótano con demasiada gente y mal ventilado. Nos llevó una hora comprar un bocadillo de pollo, comerlo y para cuando volvimos ya había terminado Manic Street Preachers y el de Dinosour Jr. llevaba un buen rato empezado. Vimos un par de canciones y devuelta al principal para ver a las grandes estrellas de la noche Kings of Leon.
Justo antes del concierto de los de Nashville, en las pantallas del escenario grande y con Purple rain de Prince como música de fondo el festival rindió homenaje a Pedro Aunión, fallecido la noche anterior de manera trágica mientras realizaba un espectáculo de acrobacia.
Todo el mundo estaba allí, hordas de gente intentando llegar lo más cerca de escenario para disfrutar de Kings of Leon, pero no sé para qué. Ya que la primera parte del concierto fue bastante sosa y que, además, la gente que estaba a mi alrededor estaba más concentrada en contarse sus anécdotas que en escuchar a la banda, solo reaccionaban cuando reconocían algún acorde y entonces venía el momento de postureo máximo, levantaban la mano, se tocaban la cabeza como “me encanta esta canción” para segundos después girarse y seguir comentando con sus colegas esto y aquello. El concierto solo mejoró en su última media hora donde Kings of Leon entregaron sus canciones más rockeras. Fue un concierto bastante desigual para ser los cabezas de cartel del último día de festival.
Tras Kings of Leon, la gente se fue hacia el escenario contiguo a ver Foster the People, era muy difícil moverse en una dirección distinta a lo que marcaba la mayoría, demasiada gente en un espacio pequeño y con obstáculos como una barra de bar que lo único que hacía era crear más follón entre la gente que salía del escenario grande, la que quería rellenar su vaso de cerveza y la que se dirigía al escenario contiguo.
Una vez conseguida la hazaña, fuimos hacia el escenario Radio Station para ver algo de M.I.A., pero estaba cerrado el acceso, demasiada gente en una zona bastante pequeña y ajustada para dos escenarios y sus respectivas torres, eso sí algo vimos a través de las pantallas.
Nos quedaba tiempo hasta que empezase Moderat, así que seguimos reconociendo el lugar y vimos un bar de cocacola, un sitio para hacerse un tatuaje y una noria, todo con muchas colas para gastarse el dinero y que poco tienen que ver con la música. Menos sitios de tatuajes y más foodtrucks ditrubuidos en la zona de conciertos o que dejen meter comida para no perderme lo que he ido hacer allí.
Tanto el concierto de Foster the People como Moderat me reconciliaron con el festival, ya que ambos fueron festivos y bailables desde el minuto cero. Los primero empezaron bastante electrónicos para terminar con sus temas más reconocibles y los últimos, salieron al escenario con 10 minutos de retraso, pero merecieron la pena por que fueron a conquistar a los allí presentes, tanto que su segundo tema fue la contagiosa e hipnótica A new error.
La noche continuó con Junior Boys, SBTRKT (Dj set) y Floating Points (DJ set) hasta bien entrada la madrugada.
Nota curiosa el caos sobre la actuación de Los Zigarros, en los horarios de la entrada no aparecía el concierto, pero sí en la aplicación y en el merchandising vendían sus camisetas. Por lo visto al final sí que actuaron, la verdad que vaya desastre.
Como festival creo que deberían replantearse algunas cosas o cambian de recinto o reducen escenarios o recolocan todo, por que no es un festival nada cómodo.