Por cuarto año consecutivo, el RockFest Barcelona se ha convertido en una de las principales atracciones en lo que a rock y heavy metal se refiere en España. Una media de 20 personas por día han disfrutado de las 51 bandas que han desfilado por los tres escenarios ubicados en el enorme recinto de Can Zam, en Santa Coloma de Gramenet, Barcelona.
En una carrera ascendente imparable, los organizadores del festival han confeccionado este año un cartel irresistible formado por una heterogénea mezcla de bandas con estilos que iban desde el black metal de Emperor o Abbath, hasta el folk metal de Ensiferum, el rock urbano de Rosendo o el heavy metal puro de Saxon o Running Wild. Sin embargo, el hard rock de corte más clásico ha sido el verdadero protagonista del evento, con Deep Purple, Aerosmith y Alice Cooper como cabezas de cartel y principal reclamo para la mayoría de público.
Como en ediciones anteriores, la infraestructura y los servicios que ha ofrecido el festival han aprobado con nota. Prácticamente, ninguna actuación se ha solapado con otra, no se han producido retrasos, ha habido un alto nivel de seguridad, que sin ser molesto ha permitido a los asistentes disfrutar del evento con tranquilidad (algo cada vez más complicado en el momento actual). Como en años anteriores se ha dispuesto de una amplia gama de food trucks, con todo tipo de comida (a precios bastante caros eso sí), las barras de bebida han funcionado con agilidad, ha habido césped artificial por casi todo el recinto (perfecto para evitar el molesto polvo que se suele generar, y más cómodo para los pies), se ha dispuesto de una amplia zona de urinarios y aseos, así como de varios puestos de merchandising, zonas de descanso, y una extensa y muy bien ubicada zona para personas minusválidas. En definitiva, se han cuidado todos los detalles, y por ello no puedo más que felicitar a la organización.
En cuanto al cartel de la primera jornada, que es el tema que ocupa esta crónica, hay que señalar que siendo el más “flojo” de los tres días, estuvo protagonizado aún así por grandes actuaciones que hicieron las delicias de los asistentes.
El día comenzó con Astray Valley, una banda de Santa Coloma, y con los daneses Pretty Maids, que bajo un sol abrasador ofrecieron a un público aún no muy numeroso un repaso por su discografía clásica, con temas como “Red, Hot and Heavy”, “Back To Back” o “Future World”, sin dejar de lado su disco más reciente, “Kingmaker” (2016), con el tema que le da título o “Bull’s Eye”.
A las 16.10 horas, y bajo el mismo sol abrasador actuaron los oscuros Paradise Lost. Un mediodía soleado no es desde luego el mejor ambiente para disfrutar de esta ya veterana banda de metal gótico, pero aún así, el vocalista Nick Holmes, el guitarrista Greg Mackintosh y compañía recibieron los aplausos de un buen número de sufridos asistentes que a pesar del calor disfrutó con temas como “The Last Time”.
Tras estos, les tocó el turno a los fineses Ensiferum en la carpa Rock Tent, y a los norteamericanos Queensrÿche en uno de los escenarios principales. Los primeros no tuvieron su mejor día, ya que su cantante llegó tarde al RockFest, al parecer por un atasco en las carreteras, y eso obligó a la banda a retrasar su actuación 20 minutos, provocando que parte del público se marchase a los otros escenarios.
Por su parte, Queensrÿche ofrecieron una gran actuación con su vocalista Todd La Torre al frente, llevando a cabo la difícil tarea de suplir al cantante original de la banda, Geoff Tate. La Torre lo hizo realmente bien, y clásicos como “Empire”, “I Don´t Believe In Love”, “Queen of the Reich” o “Screaming in Digital” sonaron realmente bien con su voz, de registro prácticamente idéntico al de Geoff Tate. Terminaron su actuación con “Eyes Of The Stranger” ante los aplausos de una audiencia más que satisfecha.
Los albaceteños Angelus Apatrida ofrecieron una buena dosis de su thrash metal de la vieja escuela. Mostraron actitud, energía y ganas de pasarlo bien y hacérselo pasar bien a la gente. Canciones como “Serpents On Parade”, “Give ´em War”, “Thrash Attack” o “You Are Next” sonaron como una bomba. Sin duda, son uno de los mejores grupos nacionales en la actualidad, nunca decepcionan.
De una joven banda de thrash metal, a unos veteranos, los norteamericanos Metal Church. Con el vocalista Mike Howe de nuevo al frente, tras 20 años de ausencia, presentaron su último trabajo, “XI” (2016). Desgraciadamente, no pude ver la actuación de Soziedad Alkohólika, ya que a las 20.30 horas tocaban en la carpa Rock Tent los suecos Eclipse, pero por la cantidad de gente que fue a verles y los continuos aplausos al final de su actuación, estoy seguro de que la banda de Vitoria dio un gran concierto.
Tras la fría recepción del público madrileño el día anterior, estaba deseoso de comprobar qué ofrecían Eclipse en un entorno más ventajoso para ellos como era el RockFest, donde ya han tocado varias veces. Como esperaba, la situación aquí cambió radicalmente con respecto a Madrid, y los suecos ofrecieron un conciertazo, motivados al máximo por un numeroso público que cantó todas sus canciones y saltó sin parar. El repertorio fue prácticamente idéntico al del día anterior en Madrid; protagonismo absoluto de los temas de su nuevo disco, “Monumentum”, y final reservado para “Stand On Your Feet” y “I Don´t Wanna Say I´m Sorry”. Sin duda, fueron una de las bandas triunfadoras de la jornada.
A las 21.30 horas empezaba a ponerse el sol, y el ambiente se adaptaba a la actuación de Abbath, uno de los grupos de black metal presentes en el cartel de este año. El que fuera vocalista de Immortal, apareció en escena con una antorcha, y tras escupir fuego varias veces comenzó una actuación en la que desgranó varios temas del primer disco de su nuevo grupo, llamado como él, Abbath, junto a clásicos de su ex banda, como “One By One”. Puede que su propuesta musical no gustara a muchos de los asistentes pero, aún así, una gran cantidad de público se concentró para verle, y estoy seguro de que disfrutó, ya que el músico noruego es una fuente inagotable de gestos, comentarios divertidos, provocaciones y movimientos, como su famosos paso del cangrejo, que entretuvieron a todos los allí presentes. Abbath, genio y figura.
Los siguientes en salir a escena fueron Krokus, posiblemente la banda suiza más popular en el mundo del rock junto a Gotthard. No decepcionaron con temas como “Hoodoo Woman”, o sus versiones de “American Woman“ de The Guess Who y “Rockin’ in the Free World” de Neil Young. Terminaron con “The Mighty Quinn” de Bob Dylan, durante la cual les acompañó como invitado el guitarrista de Gotthard, Leo Leoni.
Por fin, a las 23.45 horas llegó el turno de uno de los platos fuertes del día, los alemanes Running Wild. La banda de rock pirata por antonomasia reunió a la mayor cantidad de gente de toda la jornada; y es que todos sabían que no es muy fácil ver al grupo de Rolf Kasparek por nuestro país, por lo que no quisieron perderse su actuación. Hay que decir que desde el inicio con “Fistful of Dynamite” y “Bad To The Bone” los Running Wild pusieron un listón muy alto en cuanto a intensidad y entrega, listón que no bajaron en toda su actuación. Clásicos como “Riding The Storm” o “Soulless” se fueron alternando con temas más recientes, como “Rapid Foray” (que da nombre a su nuevo disco) y “Locomotive”. Terminaron su fantástica actuación, que estuvo llena de explosiones y fogonazos, con la mítica “Under Jolly Roger”, “Stick To Your Guns” y otro clasicazo, “Conquistadores”. Fabulosa actuación de Running Wild, que se llevó una gran ovación por parte del público y le puso las cosas realmente difíciles a los siguientes en tocar, Avantasia.
Sin un sector del público, que se marchó tras ver a Running Wild, pero aún con mucha gente, la banda-proyecto del vocalista Tobias Sammet salió a escena a la una de la mañana dispuesta a lograr que los asistentes olvidasen durante dos horas el cansancio acumulado. ¡Y vaya si lo lograron! Con un gran montaje y un elenco de invitados de lujo, entre los que figuraron Jorn, el cantante de Magnum, Bob Catley, el vocalista de Pretty Maids, Ronnie Atkins, y el ex cantante de Queensrÿche, Geoff Tate, Avantasia lograron satisfacer a su público. Durante los 120 minutos que duró su actuación fueron cayendo temas de sus siete discos, entre los que figuraron el inicial “Mystery of a Blood Red Rose”, “Dying for an Angel”, “Avantasia”, “Runaway Train” o “Lost In Space”. Terminaron con “Sign of the Cross / The Seven Angels” y demostraron que su heavy metal operístico, en principio menos comercial, se ha convertido en una música con tanta aceptación y seguimiento como puede tener la de las bandas más populares de heavy metal. Gran espectáculo y concierto para finalizar la primera jornada del RockFest Barcelona 2017.