Alto, joven, guapo y con la cabeza muy bien amueblada. José Sánchez cumple con todos los requisitos para ser un rompecorazones, sin embargo este murciano de 34 años parece haberse marcado justamente el objetivo contrario y ha dado a luz a un libro con el que busca llegar al corazón de la gente y reparar, quizá, alguna herida provocada por el desamor.
Me reúno con él en una cafetería de Madrid para hablar de su obra, #jaquematerománticos, integrada por más de un centenar de pequeños textos que profundizan en las distintas fases del amor y las relaciones de pareja. Se trata, además, de un libro solidario, ya que cinco asociaciones benéficas (Asociación Sonrisas, Fundación Aladina, Fundación Arca de Noé, Fundación Madrina y Mensajeros de la Paz) reciben fondos por la venta de cada ejemplar.
P: Hola Jose, acabas de publicar hace poquito tu primer libro, #jaquemateromanticos, ¿qué se pueden encontrar los lectores cuando abran sus páginas?
José Sánchez: Lo que espero que se encuentren es conectar con sus emociones y que, a través de las palabras consigan trasladarse a otros mundos.
P: ¿Por qué decidiste escribir sobre el amor?
J.S.: Yo estaba en Barcelona y estaba muy limitado, así que cuando me vine a Madrid tenía ese sentimiento de intentar compartir y trasmitir otras cosas y mostrar una imagen más cercana, y decidí darle un nuevo formato a mi instagram. Cree una columna de fotos de campañas benéficas y solidarias, otra de fotos mías y otra de textos que yo escribía. Entonces, hace año y medio, una de mis fotos se hizo viral y todo se potenció. Eso hizo que muchas personas me preguntaran por el libro y el autor de los textos, que era yo. Eso me resultaba muy curioso y pensé cómo podía aprovechar la situación para compartir mis textos con más gente; ahí fue cuando decidí unificar todos los textos en un libro y hacerlo solidario
P: ¿Por qué siendo un libro de amor elegiste ese título, que parece que anuncia un ataque a lo romántico?
J.S.: Yo llevaba escribiendo cinco o seis años y, mientras escribía, me di cuenta de que lo que más me gustaba de esa idea de novela que yo tenía eran pequeños párrafos, que eran como cartas. En ese momento pensé que un nombre apropiado para el libro podía ser Cartas sin destino, porque yo escribo a mi mujer ideal. Sin embargo, descubrí que ya había un libro con ese nombre y decidí darle un giro. Me fijé en que uno de los hastag que yo usaba cuando subía las fotos era #jaquemateromanticos y me di cuenta de que tenía la respuesta justo ahí porque #jaquematerománticos era el título más ideal para lo que estoy contando.
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P:¿Qué significa ese hastag, por qué lo usabas tanto?
J.S.: Ese hastag lo usaba porque, como en el ajedrez, gana el que hace jaque mate y los que somos románticos estamos en jaque. Y lo estamos porque vivimos una época en la que el amor, las relaciones sentimentales e incluso las relaciones amistosas han perdido un poco la esencia. Vivimos en una era muy egoísta, muy autosuficiente y muy independiente; eso por un lado está bien pero por otro se está perdiendo esa conexión entre personas.
P: ¿Qué tal ha sido la aceptación del libro?
J.S.: Fue muy buena al principio porque la gente se hizo aficionada a los textos y lo reclamaba. Hubo un momento en el que compaginarlo todo, las presentaciones, el trabajo y las colaboraciones se hizo complicado; pero ahora está teniendo un resurgimiento y está gustando mucho, la verdad.
P: ¿Hay algún texto que hayas escrito para el libro?
J.S.: Todos. Yo soy muy tradicional y muy antiguo para algunas cosas y ¿sabes aquello de que todos tenemos que plantar un árbol, escribir un libro y tener un hijo? Bueno pues yo siempre he tenido ahí lo de escribir un libro y siempre escribía con la idea de algún día publicarlo. Lo que jamás imaginé es que tanta gente se iba a sentir identificada con esos textos que yo estaba compartiendo, ¡y eso que no todo el mundo se creía que yo fuese la persona que estaba detrás de esos textos!
P: ¿Por qué no lo creían?
J.S.: Porque al final, como prejuzgamos mucho y generamos estereotipos sobre las personas, no encajaba mucho mi aspecto físico con ese corazón, por así decirlo, que empezaba a transmitir otras cosas. De hecho, la gente se pensaba que los textos eran una estrategia para ligar, que es algo bastante ridículo porque además no soy esa clase de persona, yo solo trataba de trasladar cosas y por eso para mí es tan agradable ver como hay gente que se siente identificada con lo que escribo y que, además, lo comparte.
P: ¿Te costó que te lo publicaran?
J.S.: Bueno, yo trabajo con una autoeditora, así que he tenido que encargarme yo de todo. Lo que pasa es que soy muy perfeccionista, así que he diseñado yo la portada y me estoy encargando de la distribución, siempre con la ayuda de Círculo Rojo.
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P: Hablabas antes de cómo está la sociedad ahora, de que los románticos sois una especie en peligro de extinción, pero ¿crees que existe el amor para toda la vida?
J.S.: Yo confío y me gusta creer que sí, pero también me he dado cuenta con el paso de los años de que el amor para toda la vida no es algo que aparece de la nada, es algo que se trabaja día a día y tienes que tener al lado a una persona que también quiere trabajarlo. En definitiva, es el amor para toda la vida que se trabaja toda la vida.
P: ¿Y por qué ahora parece una utopía eso que tenían nuestros abuelos de estar juntos hasta la muerte?
J.S.: La frase típica y tópica es “porque antes nuestros abuelos aguantaban más” y no me gusta demasiado esa frase porque es como que aguantar tiene una connotación negativa y obviamente se aguanta, todos tenemos problemas con nuestras parejas, todos tenemos discusiones y nadie es perfecto; pero antes se tenía la escala de valores de otra manera y se daba más prioridad al hecho de tener una unión familiar al egoísmo propio de “yo quiero estar bien a costa del otro”. Ahora está todo como turbio, tenemos las claves para saber llevar una relación y tenemos los medios para poder iniciarla y mantenerla pero hay algo en nuestras cabezas que no llega a encajar del todo y eso es lo malo, porque hay gente que sí está buscando eso pero no lo encuentra.
P: ¿Falta amor en la sociedad ahora?
J.S.: Sí, falta amor. Pero falta amor entrando a un establecimiento y no dando los buenos días, falta amor en el hecho de ir por la calle andando y tirar el papel al suelo, falta amor en el hecho de no respetar el paso de una persona mayor o no cederle el asiento. Entonces, si en esas pequeñas cosas, que son básicas, estamos escasos, cómo luego vamos a pretender que en una relación sentimental demos más por el otro que por uno mismo.
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P: ¿Qué es lo mejor y lo peor que tiene el amor?
J.S.: Esta pregunta es complicada porque es un todo. Yo hace mucho tiempo me di cuenta de que las relaciones y la vida en general son como un cuadro; si lo miras a apenas unos centímetros no puedes observar el conjunto y te vas a quedar sin ver los detalles, lo vas a ver borroso, vas a ver sombras, vas a ver oscuridades; sin embargo, cuando te alejas un poco y ves las cosas con más perspectiva puedes observar los detalles y el conjunto del todo. En definitiva, lo mejor y lo peor del amor es el conjunto. De hecho, hay un texto que escribí hace poco, que me gustaba mucho, que entraba en esa contraposición de “me vuelven loco las tonterías más absurdas pero esas mismas tonterías absurdas son las que hacen que me enamore de ti”.
P: ¿Y lo mejor y lo peor de haber escrito el libro?
J.S.: Pues, al final, es un sueño cumplido. A mí me gusta pensar que no me encasillo en un solo rol, que potencio otras cosas; yo soy una persona muy dinámica, muy activa y el hecho de plantearme escribir un libro, que además de escribirlo se publique y que además de publicarlo tenga repercusión es un sueño y estoy agradecido a la vida y a toda esa gente que me está acompañando en este sueño. ¿Lo peor? Yo creo que cuando se cumplen sueños no hay cosas malas, a día de hoy puedo decir que todo lo que está viniendo con el libro es bueno porque, sin darme cuenta, se ayuda a mucha gente. Al final yo lo que pido es amor y comparto amor y lo que intento es que la gente se conciencie de eso y lo pida también.
P: ¿Va a haber segunda parte?
J.S.: Hay segunda parte. Hay segunda parte porque hay un pequeño juego dentro de esto. Al final el amor tiene fases, etapas y filtros. #jaquematerománticos es un preámbulo, es una petición al destino, es una llamada de atención al universo de lo que quiere una persona a su lado y por eso en cada texto trato de transmitir un valor o una petición. Para mí los números son muy importantes, 125 es un número importante para mí, es el número de textos que tiene este libro y cada número tiene un significado especial. La segunda parte por la que me preguntabas tiene que ver con esto último. Se llama “#elcuestionnario” y establece unas pautas para encontrar a esa persona que se está pidiendo en el primer libro. En él explico que tengo un método desde hace años, porque para conocer a alguien se necesita tiempo, y como tengo muy poco no quiero perderlo.
Me he llevado muchos fracasos amorosos, no soy el típico ligón de discoteca y para que ligue con alguien necesito que esa persona cumpla ciertos requisitos. Para conocer a una mujer necesito conectar con ella y para conectar con ella tengo este método, un cuestionario de cuatro fases con 125 filtros. Esas fases son la atracción física, la atracción intelectual, la atracción emocional y la atracción sentimental. Cada fase tiene sus cosas y con #elcuestionnario quiero ir más allá del “estudias o trabajas”. La persona que no es compatible va a pensar que soy un chalado, pero la persona que realmente vea en ti algo más y le cause interés ya no solo estará receptiva para hacer #elcuestionnario sino que además te lo va a hacer ella a ti.
P: ¿Se puede conseguir ya?
J.S.: Aún no, pero queda poco. Eso sí, la gente me lo pide ya por redes sociales, tanto chicos como chicas aunque algunas personas están un poco confundidas, se piensan que es un manual para ligar cuando en realidad es una herramienta para ayudarte a conocer al amor de tu vida.
#Jaquematerománticos se puede adquirir a través de las redes sociales, en el perfil de Instagram @jaquemateromanticos.
