Hoy en día es bastante difícil encontrar financiación para realizar una película y por eso hay que descubrirse ante la valentía de Víctor García León, que ha conseguido realizar su última película con solo 10000€, sin ninguna subvención por parte del Estado ni ninguna ayuda por parte de la televisión. Y no solo hay que descubrirse por esta cuestión, sino por haber conseguido realizar una divertidísima comedia con una crítica feroz hacia cierto tipo de personas que no parecen de este mundo.
La película cuenta la historia de Bosco, un pijo que no ha dado un palo al agua en toda su vida y que se ve despojado de todos sus privilegios cuando su padre es investigado por corrupción. A partir de ahí, el protagonista debe aprender lo dura que puede ser la vida y como buen oportunista se apunta a donde más calienta el sol a ver si pilla algo.
La película está contada como si una cámara siguiera al protagonista en todas las situaciones, quieran o no quieran los de su alrededor, así el espectador puede introducirse en la vida de este peculiar personaje en los que a ratos interpreta un papel de chico seguro con la manía de no terminar ninguna frase, con el verdadero Bosco, caradura y sin idea de qué ha de hacer para salir de su actual situación.
Sin duda es una película altamente recomendable en estos días en el que la corrupción y los que la sustentan siguen donde siempre.