Son muchos y muy diversos los síndromes y trastornos que puede llegar a sufrir una persona, así como variadas y abundantes son las causas que pueden producirlos. Muchos de estos síndromes son muy conocidos y algunos incluso comunes, como podrían ser el trastorno de ansiedad, el trastorno postraumático o los trastornos depresivos. Sin embargo, hay otros trastornos apenas conocidos que afectan a una pequeña parte de la población pero que no por ello merecen menos importancia.
El síndrome del Dr. Strangelove, también denominado síndrome de la mano extraña, síndrome de la mano ajena (SMA) o síndrome de la mano alienígena. Quienes sufren este síndrome piensan que la mano no les pertenece, a pesar de sentirla, la mano no obedece las ordenes del cerebro por lo que quienes padecen este trastorno muchas veces ni si siquiera son conscientes de lo que su mano hace hasta que algo llama su atención. Los movimientos de esta mano pueden llegar incluso a causar daño a la persona o a otros.
Este síndrome ha aparecido en series y películas como en ‘Mentiroso compulsivo’, de Jim Carrey, donde en una escena la propia mano del personaje parece tomar vida propia y atacarle.
En ‘Al diablo con el diablo’ también la mano del protagonista se convierte en el villano de la película.
El síndrome de Capgras o ilusión de Sosias es un trastorno neuropsiquiátrico en el que el paciente cree que una persona cercana a él, normalmente un familiar, ha sido reemplazada por un impostor. Quienes sufren este trastorno pierden la capacidad de relacionar el reconocimiento visual de la persona supuestamente suplantada con los sentimientos que el paciente siente por ella, lo que le lleva a pensar que no es quien se supone que es.
En un capítulo de la serie Mentes Criminales (‘Dorado Falls’) se trata este problema. Un chico padece este síndrome tras un accidente, lo cual le hace pensar que sus padres son impostores.
El ataque homicida o síndrome Amok es un síndrome cultural en el que la persona que lo padece sufre una explosión de rabia espontánea que le lleva a correr sin parar, puede que armado, causando daños a todos lo que se crucen en su camino. No se detendrá hasta que alguien lo pare o se suicide el mismo. Quienes sufren este trastorno han padecido una depresión moderada o un periodo de preocupación y malestar que les ha conducido a esa situación. Tras el ataque puede que sufran amnesia.
El tiroteo de Múnich de 2016, la Masacre del Insitituto Columbine, en 1999, o la Masacre de la Pobla de Pasant, en Tarragona en 1923, están relacionados con este síndrome.
La novela de Stephen King ‘Cell’ trata sobre una señal que se transmite por la red telefónica provocando en las personas algo parecido al síndrome Amok.
En la película ‘Un día de furia’ el personaje interpretado por Michael Douglas también se enfrenta a sus problemas con una reacción similar a este síndrome.