Se trata de una ambiciosa instalación que entrelaza cine, escultura, acciones en directo y sonido. El cuerpo central de la obra muestra, en dos enormes pantallas de video, imágenes de una bruja gigantesca que encarna el poder femenino y el de las fuerzas sobrenaturales. Este personaje proclama un nuevo orden jurídico, llamado "In utera Gigantae", basado en el poder chamánico de la mujer y por el cual se invalida cualquier otra ley o gobierno.
Temblad temblad, creada originalmente en el 2017 para el pabellón irlandés de la 57ª Bienal de Venecia, refleja un momento de tensos debates en torno a la legislación sobre el aborto en Irlanda. Al mismo tiempo, funciona como retrato de un arquetipo intemporal que trasciende la identificación nacional o étnica. La poderosa bruja del vídeo, interpretada por la actriz irlandesa Olwen Fouéré puede percibirse, como un paradigma feminista que tiene el potencial de transformar la realidad y que presenta la brujería como herramienta emancipadora para las mujeres.
La instalación Temblad temblad incluye un componente de performance que es simultáneo a la proyección del vídeo en el espacio expositivo: cada cierto tiempo una oficiante arrastra una cortina que atraviesa la sala e inscribe un círculo en una pared negra.
La obra se completa con tres esculturas y una serie de objetos expuestos en vitrinas en la antesala de la exposición que actúan como referencias clave dentro del proyecto de la artista.
Historia de la brujería en el País Vasco
Jesse Jones ha ido adaptando específicamente su obra a distintas instituciones de Europa y Asia, atendiendo a la etnografía de cada lugar.
Para la presentación en Bilbao, Jones indagó sobre la historia de la brujería en el País Vasco y sus ritos, prestando especial atención al tradicional cerillo de difuntos o argizaiola que todavía se usa en ciertos pueblos. Jones recorrió lugares históricos, cuevas, archivos y museos del País Vasco y Navarra y conoció la historia de las cazas de brujas por parte de la Santa Inquisición en el norte peninsular.
Así algunos de los objetos expuestos en las vitrinas muestran la presencia constante de ritos y prácticas de carácter esotérico en Gipuzkoa y Navarra.