Película belga del año 2018, del director Thomas Vinterberg.
‘Kursk’, es la recreación real con sus evidentes dosis de ficción, del hundimiento del submarino nuclear ruso ‘Kursk’ en el mar de Barents, en agosto del año 2000.
BATALLA DE KURSK
Cuando uno piensa en el nombre de ‘Kursk’, le viene a la cabeza la conocida batalla de Kursk, que fue el mayor enfrentamiento militar de tanques de la historia, que tuvo lugar en 1943, durante la Segunda Guerra Mundial, y que supuso una victoria decisiva en la contienda general, de las tropas soviéticas sobre los ejércitos nazis.
Si aquella fue una batalla y una fecha de éxito colectivo para el pueblo ruso, se contrapone con el hundimiento del submarino ‘Kursk’ en agosto del 2000, fecha de terrible recuerdo para la ciudadanía rusa.
HUNDIMIENTO DEL SUBMARINO KURSK
Volviendo a la tragedia del submarino Kursk, hay que resaltar el acertado guion que construye el director, sabiendo crear de manera muy efectiva la atmósfera de terrible angustia, que tuvieron que pasar los pocos supervivientes que consiguieron aguantar unos días más, a las dos explosiones que mataron en los primeros momentos a gran parte de la tripulación.
Como se ve de forma cronológica en la película, hay que poner en situación la sucesión de acontecimientos que tuvieron lugar en el submarino. Dos días después de iniciar unas operaciones rutinarias de prácticas, se produce la explosión de un torpedo, que dos minutos después desencadena una segunda que mata a la mayoría de los tripulantes, salvándose 23 de ellos, los cuales lograron resistir hasta su muerte unos días más.
LA INDIGNIDAD DE LAS MENTIRAS DE LAS AUTORIDADES RUSAS
Como se ve de forma clara en la película y según han demostrado una serie de investigaciones posteriores, las autoridades rusas del momento con su presidente Vladimir Putin a la cabeza, mintieron a la ciudadanía sobre lo ocurrido realmente en el submarino, y además no hicieron desde el primer momento del accidente, nada por acometer el rescate de los 23 supervivientes a los dos explosiones iniciales.
Una de las grandes indignidades de las autoridades rusas, que pudieron presenciar los ciudadanos y ciudadanas de todo el mundo, fue como anestesiaban a los familiares de las víctimas, cuando éstas pedían que sus gobernantes les dijesen la verdad, y dejaran de mentirles. Sin olvidar que el actual presidente, Putin, tardó cinco días en hacer declaraciones sobre lo acontecido.
La película de Vinterberg también pone de manifiesto la oportunidad que perdió Rusia de abrir una nueva era de democracia en ese inmenso país, después de la caída de la Unión Soviética, y una vez más cuando países extranjeros le ofrecieron ayuda para el rescate de los supervivientes, los responsables rusos pusieron por encima la defensa de una supuesta Patria sin valores, que quería seguir edificándose a través de los principios del oscurantismo, de las mentiras, y de la sistemática persecución de aquellos que se oponen al sistema.
En este enlace puedes acceder al tráiler de la película: