La obra tiene como punto de referencia el caserío como unidad cultural, convivencial, productiva y transmisora de nuestra identidad como pueblo. El caserío es el alma de la familia, del ser vasco, del pueblo vasco y de nuestra identidad en constante evolución. Cada pueblo tiene su personalidad conformada a lo largo de la historia, en construcción permanente, mirando al futuro. Si miramos hacia atrás, veremos el baserri (etxe), el corazón de la familia (etxekoak).
Gure Etxea es una metáfora de nuestra casa entendida como nuestra patria, nuestro país, tomando el caserío como referente en general y en particular, para Mungia, Landetxo Goikoa.
La obra hace reflexionar sobre el origen de nuestro pueblo, nuestra historia, cultura, lengua, tradiciones… hasta nuestra situación actual y pensar sobre el futuro que queremos.
Durante el proceso de reconstrucción de un caserío del siglo XVI tiene lugar un hallazgo sorprendente bajo la cocina: los restos hallados datan de 900 años de antigüedad. El hogar, el alma de la casa vasca. Este fuego plantea varios interrogantes, ¿ dónde está el origen?, ¿ cuándo, cómo y por qué se construyó un caserío de esta magnitud en este lugar?
El hogar lleva a investigar sobre la vida en los caseríos y la búsqueda del fuego primigenio nos conducirá al origen del pueblo vasco, a nuestra historia, nuestra cultura y a nuestro presente.
La CASA como vivienda, refugio; lugar de transmisión de costumbres, idioma y cultura.