El Círculo de Empresarios de Galicia acoge durante todo este mes de abril parte de la obra del pintor Rafael Alonso Fernández (Pontevedra, 1924 – 1995). Se trata de una treintena de cuadros que nos transportan a diferentes lugares como, por ejemplo, Marruecos.
Y es al lado de esta pieza donde hablamos con su hijo Gabriel, que nos confiesa su orgullo y felicidad de poder ver estas pinturas “donde deben estar, colgadas de la pared y a la altura de nuestros ojos, después de haber pasado tanto tiempo ocultas en una carpeta”.
Si nos damos un paseo por esta exposición, descubriremos que, con diferentes pinceladas aparentemente sin significado, el artista creó un todo. Para llegar a ese punto, la inspiración le venía, según su hijo, “de cada momento de su vida, de cada lugar”.
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Confiesa Gabriel que, al contrario de lo que le sucede con otros maestros de la pintura, “la obra de mi padre me ha emocionado mucho, por lo que espero organizar una exposición más grande que esta, en la que se encuentren los 45 cuadros que conservo de él”.
De hecho, otra de las metas de este joven es enmarcar la obra que tanto su madre como su hermano tienen de Rafael. Para este proyecto, no se marca plazos. “La vida dirá”, concluye.