Un asombroso recorrido por los lugares mágicos de Cantabria y por las historias de sus dioses y héroes, mitos y leyendas. Esto es lo que el lector se puede encontrar en el libro Dioses, mitos, héroes y leyendas de Cantabria (2018), donde Juan Carlos Cabria hace las suertes de guía en un viaje hacia las raíces de las creencias cántabras.
La obra, que es una reedición ampliada realizada por la editorial Librucos, pretende dar a conocer esas historias contadas al calor de la hoguera de abuelos a nietos sobre extrañas criaturas, y curiosas leyendas que conformaron la mitología cántabra. Un corpus de relatos que resiste a desaparecer entre las brumas de un mundo globalizado.
"Creemos que solo la modernidad es nuestro destino, pero a menudo en el pasado está la respuesta a la pregunta de cómo encarar el futuro", afirma Cabria para recalcar que Cantabria tiene mucho que contar.
Así, se da comienzo a un periplo que empieza poniendo en contexto los viejos cultos de la Prehistoria que rendían los antiguos cántabros. Después, nada ni nadie puede parar al lector, la ruta ha dado inicio: recintos sagrados como el monte Dobra, héroes cántabros como Corocotta o Laro elevados al mito, el arraigo de dioses autóctonos como Erudinus, o la enigmática estatuilla que apareció en un poblado cántabro cercano a Castro Urdiales son algunos ejemplos en tan bonito trayecto.
Pero si hay unos seres que destacan en Dioses, mitos, héroes y leyendas de Cantabria, esos son los que conforman la rica y singular mitología cántabra. Juan Carlos Cabria, acompañado por unas magníficas ilustraciones, recuerda que no hace mucho tiempo, los bosques, cuevas y lagos de Cantabria eran habitados por unas extrañas criaturas que ponían a prueba a los hombres. De esta forma, el curioso lector cruzará los dedos para no encontrarse en una cueva al Ojancáno, cerrarán los ojos en los lagos para no ser embelesados por las ajanas y en los días de fuertes vientos echarán la culpa a los ventolines.
En definitiva, el libro de Juan Carlos Cabria invita a recorrer bellos enclaves de Cantabria, a recuperar un legado lleno de magia y leyenda. Y, sobre todo, induce a soñar en un mundo regido ese punto de fantasía que nunca debe perder un pueblo.