Una obra que da a conocer el folklore y la mitología de Castilla y León a los más pequeños, y que ayuda a recordar aquellos relatos transmitidos de abuelos a nietos en los que ya peinan canas. Así se podría resumir El mundo encantado de Castilla y León, realizado por la pluma de Jesús Callejo y por el carboncillo de Tomás Hijo, quienes transportan al lector a la penumbra de esos filandones en los que se narraban las viejas historias de monstruos, duendes, fantasmas, brujas y demonios.
El libro, editado por el Museo Etnográfico de Castilla y León, es un recorrido por las creencias de unas gentes cuyas únicas armas para enfrentarse a lo desconocido eran las de la fantasía y la imaginación. De esta forma, hasta hace no mucho tiempo, seres monstruosos y criaturas mágicas camparían a sus anchas por las extensas llanuras y las agrestes sierras de Castilla y León.
"A veces, las leyendas son herramientas de conocimiento y que, sean de la época que sean, nos ponen sobre la pista de otras realidades más ocultas, más profundas y no por ello menos fascinantes", dice Jesús Callejo en el libro, mientras que en la siguiente página una representación de la Fiera de El Espinar, plasmada por Tomás Hijo, saluda y aterra a partes iguales.
Además, El mundo encantado de Castilla y León huye de historias manoseadas una y otra vez, como la Tarasca o las brujas de Barahona. En cambio, lleva a cabo un viaje intelectual por unos personajes fantásticos que obedecen a lugares y tiempos concretos como, por ejemplo, la cabeza parlante de Tábara (Zamora), el duende de Villahizán (Burgos) o la lamia de Lumías (Soria).
El lector, a través de las 118 páginas de la obra, podrá conocer a los habitantes que pueblan lo más hondo del folklore castellanoleonés. En definitiva, se trata de una "guía Michelín" por esos lugares que, con relatos sobre seres fabulosos e imaginarios, se resisten a sucumbir frente a los golpes que lanzan unos nuevos tiempos que ansían borrar cualquier base de una comunidad.