Mikel Erentxun, presentará en mayo su último trabajo, El último vuelo del hombre bala, un disco más eléctrico y en el que habrá una "gran presencia de voces y coros", comenta el artista. Será el día diez del mes primaveral cuando podremos escuchar el tercer disco de su trilogía El Puerto de Santa María.
Ha sido con la inestimable ayuda de Paco Loco, su productor habitual desde que comenzase esta poética andadura. La trilogía se inauguraba en 2014 con el doble álbum Corazones, y prosiguió con El hombre sin sombra en 2017. Y es ahora cuando Erentxun llega con el tercero como cierre, El último vuelo del hombre bala, un disco que culmina la trilogía El Puerto de Santa María.
EL PUERTO DE SANTA MARÍA, LA TRILOGÍA DE ERENTXUN
Así, Erentxun cuenta que se trata de "un disco distinto, muy balanceado, muy luminoso". En sí, es un disco eléctrico. Y como el mismo cuenta, por primera vez en su carrera no ha usado "ni una sola guitarra acústica, ya que "no hay teclados ni sintetizadores, solo un par de pianos, un arpa, eléctrica, bajo y batería". En definitiva, son "pocas armonías, muchas voces dobladas y muchos coros".
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Durante la última década, Erentxun se caracteriza principalmente por la búsqueda de la pureza del sonido analógico, por la utilización de metodologías de grabación propias de los grandes alquimistas del registro en cinta. En realidad son discos con pocas concesiones a la radio comercial, que claramente mira hacia otro lado. Pero afortunadamente Erentxun ha mantenido la relación con una base importante de fans, que aumenta disco a disco y concierto a concierto, reconquistando el respeto de los grandes músicos.
El estilo del artista, nacido en Caracas y de 54 años, ha evolucionado con el tiempo, aunque guarda la esencia del venezolano que llegó a San Sebastián hace medio siglo. Desde allí se precipitó su carrera como líder de Duncan Dhu, revolucionando el pop-rock escrito en español en la década de los ochenta.
'En algún lugar', 'Cien gaviotas'… Y es que, aquel toque de pop acústico con cierto poso de rockabilly es lo que ha quedado grabado en las pistas de baile que varias generaciones han pisado fiesta tras fiesta. Y así, inevitablemente, regresa a nuestra memoria con cada nuevo tema que presenta.