Los dueños y familiares de las librerías de proximidad se han reunido en la Puerta del Sol para expresar su inconformismo con el acuerdo marco que presentó la Comunidad de Madrid. Los libreros de proximidad defienden la gratuidad de los libros, pero rechazan el programa de préstamo de libros escolares establecido por el Gobierno regional.
“De 1000 librerías cerrarían unas 500 y eso es perjudicial para la cultura de los barrios. Los libros de texto son un balón de oxígeno muy grande, más del 40% de los ingresos”, afirma el librero Ricardo Villalba.
Según la plataforma ‘Salvad las pequeñas librerías’ el decreto cede protagonismo a los colegios, evita la participación de librerías pequeñas y favorece el negocio de las multinacionales con el uso de una regulación de precios máximos. Además, el colectivo denuncia que estos son equivalentes o inferiores a los precios de coste de una librería de proximidad y se obliga a aplicar una serie de descuentos complejos para el pequeño comercio.
“Estamos a favor de la gratuidad de los libros, pero tenemos que comer todos de este negocio y no solo uno. No podemos llegar a los precios que establecen porque las grandes superficies nos doblan el descuento”, explica una pareja anónima de libreros.
La última modificación de la Ley de Gratuidad de la Comunidad de Madrid ha provocado que el colectivo salga a la calle para solicitar una revisión del acuerdo que asegure la supervivencia de más de 500 librerías de proximidad.
“La solución es el precio único de los libros de texto y que los colegios no puedan comprar directamente a una editorial”, aclara una librera de Leganés.
Desde ‘Salvad las pequeñas librerías’, proponen como referente a Francia, donde se regula el precio y el descuento con el fin de que los libreros pequeños puedan competir en igualdad de condiciones con los operadores globales.
“Llevo 32 años trabajando en una librería de Las Rozas y es impensable que una persona que conozca el sector haga un galimatías como este. Para los libreros más pequeños esto supondrá el cierre”, denuncia Isabel Sancho.