En el mundo de los superhéroes, los Óscar 2019 podrían haber sido los de Black Panther, pero en realidad ha sido la noche de Spiderman. Si bien el héroe africano de Marvel logró el hito de alcanzar las siete nominaciones, una cifra que ha alentado mucha polémica, el hecho de salir de la ceremonia con tres premios, todos ellos en categorías menosres, ha dejado el protagonismo en manos de otro compañero de viñetas en el Universo Marvel.
Spider-Man. Un nuevo universo había llegado a la ceremonia de los Óscars con todos los reconocimientos posibles. Ya había ganado el Globo de Oro, el Bafta o el Annie. Y el Óscar corona su trayectoria. La película de Bob Perischetti, Peter Ramsey y Rodney Rothman ha superado al poder de Disney, con la doble candidatura de Los Increíbles 2 y Ralph rompe Internet, además de a la nueva aventura animada de Wes Anderson, Isla de perros, y Mirai, mi hermana pequeña, de Mamoru Osoda.
La cinta animada de Spider-Man tiene, además, un componente de triunfo español, ya que hay ilustradores y animadores como Juan Luis Iglesias, que se ocupó de diseñar a los personajes, o Juan Diego Zapata, parte del equipo de efectos visuales.
No es el primer Óscar que se llevan las películas que adaptan al cine al personaje creado por los tristemente desaparecidos en 2018 Stan Lee y Steve Ditko. En la gala que se celebró en 2005, Spider-Man 2, de Sam Raimi, compitió en tres categorías: efectos especiales, mezcla de sonido y montaje de sonido. Se llevó la primera, superando a Harry Potter y el prisionero de Azkaban y Yo, robot, mientras que perdió las otras dos en favor de Ray y Los Increíbles.
Con esta nominación de Spider-Man. Un nuevo universo, el personaje acumula seis candidaturas a los Óscar. En la ceremonia de 2003, el primer Spider-Man de Raimi logró dos nominaciones, en las categorías de sonido y efectos especiales. Chicago, la ganadora de aquella noche, le arrebató el primero, mientras que el segundo se lo quedó Las dos torres, segunda entrega de la trilogía de El Señor de los Anillos de Peter Jackson. Ni la tercera entrega de la trilogía de Raimi ni las dos que dirigió Marc Webb, The Amazing Spider-Man, lograron colarse en la carrera de los Óscar.