Nacida en Cuenca y afincada en Valencia, Elvira Carrasco es una joven promesa del mundo del arte. Su obra más reconocida es “Faces Project”, proyecto con el que reconoce que ha podido conocerse más a sí misma y probarse como artista. Su trabajo ha viajado a países como Tel Avic, Nueva York, París, Miami o Florida. Siempre con los pies en la tierra, con la humildad de querer aprender siempre y con la timidez de no acabar de creerse lo que le está pasando, hablamos con Elvira Carrasco de sus inicios, su presente y futuro en el arte.
¿Cómo ha sido tu relación con el arte desde que eras pequeña?
Me he criado desde que nací en un ambiente en el que se respiraba mucho arte. Rodeada de libros, grabados, esculturas y pinturas, crecí y me interesé por el dibujo desde muy niña. Me gustaba mucho conocer la historia del arte y a los artistas que habían sido influyentes en ella. Dibujaba, pintaba o incluso moldeaba en barro y no era consciente de estar creando arte, simplemente me dejaba llevar por algo que adoraba hacer. Creo fielmente que, cuando somos pequeños, tenemos unas grandes dotes artísticas y creativas que algunos decidimos seguir explotando de adultos.
¿Qué referentes te han acompañado a lo largo de este proceso?
Es algo muy personal. En la evolución de mi vida ha habido muchos referentes, ya no solo plásticos sino cinematográficos, fotográficos o incluso puede influir en tus creaciones un paisaje, un atardecer, una conversación… pero sin duda han contribuido a mi obra los colores vibrantes de mi tierra, La Mancha, y por supuesto, de Valencia.
De niña me fijé en grabados y pinturas de Alberto Durero y recuerdo que uno de mis primeros dibujos fue su “Adán y Eva”. Me gustaban los maestros clásicos como Rembrandt, Zurbarán y las obras de Pablo Picasso, de las cuales hice algunas versiones de “El Guernica” para tareas del colegio.
Y en la actualidad, ¿qué es lo que te inspira a la hora de crear?
Mi proyecto bebe del “Body Art”, cuyo máximo representante es Yves Klein, también del “Action Painting” de Jackson Pollock, quizá de la cultura POP de Andy Warhol al eliminar el fondo y del autorretrato, que ha sido un recurso muy utilizado por artistas como Frida Kahlo, quien profundizaba en su vida y en su psique.
Además de esos referentes, ¿cuáles son los artistas que admiras hoy en día?
Actualmente y después de haber estudiado la carrera de Historia del Arte, admiro a todos los artistas que han dejado su aportación a la historia del arte, pero quiero destacar que me llamaron la atención numerosas artistas femeninas que fui descubriendo a partir de mis 18 años. Me marcó mucho la producción de Georgia O’Keeffe con esa ambigüedad entre el mundo floral y la representación de la vagina de una mujer o “The Dinner Party” de Judy Chicago, una mesa triangular en la que se da nombra a 39 mujeres influyentes en la historia como Virginia Woolf o la mismísima O’Keeffe. Una de mis artistas favoritas es Louise Bourgois, escultora y gran artista que llegó a trabajar hasta el último día de su vida.
¿Qué es para ti el arte y su relación con el artista?
Para mí el arte es la representación del alma. Es la voz del alma. Ser artista es descubrir tu voz interior y sacarla de dentro materializándola y convirtiéndola en arte, ya sea en danza, canto, pintura, escultura, teatro…
Pienso que un artista es una persona que tiene un gran mundo interior, que se centra en el autoconocimiento y en escucharse a sí mismo, se pregunta por qué es así y por qué hace lo que hace para no morir. Los artistas no quieren hacer otra cosa que expresar lo que tienen dentro para que los demás llenen su alma de eso que nosotros les regalamos, podría verse como una especie de religión o ritual, creamos una “sangre sagrada” de la que bebe el espectador.
¿Qué es lo más complicado de esta profesión?
Quizá lo más complicado sea encontrar un lenguaje con el que poder comunicarte con el mundo y que te represente, que sea único y original y que las personas que lo vean, te relacionen con él. Hay que encontrar una forma de comunicación que te permita expresar lo que sientes y que el espectador sea capaz de entender tu lenguaje.
Más allá de eso, los que te rodean tienen que entender que es un trabajo muy solitario, en el que necesitas espacio para pensar, crear y sumergirte en tu mundo para que de ahí salga algo maravilloso.
Tu proyecto “Faces Project” es tu sello de identidad, pero antes de él… ¿qué tipo de arte desarrollabas o te interesaba?
Antes de “Faces Project” investigué numerosos frentes, me compré mi primera cámara de fotos cuando trabajaba en Londres de galerista y descubrí un mundo nuevo. En Londres fue donde empecé a fotografiar la ciudad, la gente y los diferentes ambientes que esa ciudad me aportaba. A mi vuelta a España, me centré en el autorretrato y descubrí que conmigo misma podía inventar mundos fantásticos y que podía hacerlo a cualquier hora del día, así que poco a poco fui investigando conmigo, con mi cuerpo y mis posibilidades. Tuve una época de autorretrato en paisajes, otra de autorretrato en estudio, pero siempre buscando algo que me pudiera diferenciar en el mundo del arte, buscando un sello, una marca personal y así, con la constancia y el trabajo diario apareció “Faces Project”.
¿Qué significa actualmente “Faces Project” para ti?
Para mí es como un hijo, es como la extensión de mí misma, es el proyecto que me ha abierto las puertas del mundo y al que le debo todo lo que soy y lo que tengo hoy, ya no solo en cuanto a trabajo, sino a contactos y gente maravillosa que he podido conocer. Picasso decía: “La inspiración se encuentra trabajando” y eso es lo que me pasó a mí con “Faces Project”. No sé cómo ni por qué comencé a pintar mi rostro y decidí que esa iba a ser mi forma de comunicarme. Solo sé que no pude evitar probarlo y me fascinó. Es un proyecto de autoconocimiento, una autobiografía que me permite analizarme en diferentes momentos y estados anímicos a lo largo del tiempo.
Entonces, es un proyecto que te ha ayudado a conocerte.
Sí, muchísimo. También a conocer mis facciones, mis estados de ánimo que se ven muy reflejados en la mirada, a verme y a aceptarme como soy.
Además de fotografía ahora también trabajas con esculturas… ¿cómo está siendo esta nueva etapa?
Para mí está siendo muy emocionante, es la representación en 3D de la fotografía. Digamos que es la forma de que el espectador pueda ver lo que yo veo cuando me pinto el rostro, el proceso antes de la fotografía. Me encanta poder trabajarla porque es un complemento fantástico a la fotografía.
Has viajado a Tel Aviv, París, Nueva York… ¿Cuál de tus viajes te ha impactado más?
Para mí, el viaje que más me ha impactado o en cierto modo ha marcado mi vida fue cuando decidí irme a vivir a Londres. Marcó un antes y un después en mi carrera y en mi vida en general. Descubrí en esa ciudad que yo quería ser artista, que quería explotar mi creatividad y que estaba llena de energía para conseguirlo. Yo nací en Londres como artista.
Después de esa experiencia, he vuelvo varias veces a Londres y sigo dándole las gracias por lo que soy hoy, esa ciudad me dio alas para perseguir mi sueño.
¿Esperabas que “Faces Project” viajase tanto?
Sinceramente no, empecé como un juego. No tenía para nada en mente que se fuera a convertir en lo que es hoy. Lo hacía porque me gustaba,era mi forma de expresión y porque me sentía libre. Mucha gente me animaba a hacer mi primera exposición y les decía que no, que lo hacía porque a mí me gustaba hacerlo y que no tenía por qué hacer exposiciones, que ya las haría en el futuro.
¿Dónde te gustaría llegar con “Faces Project”?
Me encantaría seguir produciendo como hasta ahora para poder llegar a más gente. Ojalá algún día mi obra se pueda ver en muchas más partes del mundo porque hay mucha gente de otros países que por redes sociales me dice que le encantaría verla en directo. Mi objetivo es que esas personas puedan acceder a ver mi trabajo ya sea en exposiciones en galerías de arte o museos.
¿En qué momento profesional te encuentras actualmente?
Actualmente me encuentro con muchas ganas y energía para que todo siga yendo como hasta ahora, produciendo obra tanto en Valencia como en Cuenca y sin parar de viajar y hacer exposiciones. Además, llevo varios meses yendo a una academia profesional de teatro y he descubierto otro frente nuevo que me está subyugando, algo que compagino muy bien con mi trabajo.
¿Crees que la cultura y el arte están pasando un mal momento como dicen muchos artistas y medios?
Sé que hay gente a la que le interesa el arte y la cultura. Al menos, en mi entorno más cercano el 80% de la gente va al cine, al teatro, a una exposición, a un musical, lee o incluso compra algo de arte. Claro que el mundo del arte no es lo que era y muchas galerías están cerrando o no venden como se vendía hace años, pero las grandes galerías y los grandes coleccionistas del mundo del arte siguen al pie del cañón.
Es un mundo complejo, pero para todos los públicos, lo que implica que habrá gustos de todo tipo y artistas de todo tipo, así que yo confío en que todos tengamos la oportunidad de estar en este mundo tan fantástico a pesar de las variaciones que puedan ir surgiendo.
¿Qué consejo le darías a estudiantes de bellas artes para dedicarse a esto? A priori es una carrera difícil de entrar y mantenerse.
Mi consejo más sincero es que no dejen de trabajar nunca. Que prueben, que tengan errores, muchos errores, y que se reinventen y que encuentren algo con lo que se sientan identificados, algo con lo que sepan que van a ser ellos mismos al 100%. Existen muchas historias de fracasos hasta llegar al éxito, así que los animaría a seguir luchando porque ser artista es algo inevitable y por lo que hay que trabajar siempre.
¿Dónde veremos tus obras próximamente?
Así de forma más inmediata, tengo pendiente para el mes que viene (marzo) una exposición muy importante en la Galería La Aurora de Murcia que reunirá casi 20 piezas de diversos formatos y técnicas. También se celebra del 7 al 10 la feria de arte “Art On Paper” de Nueva York en la que participaré de la mano de la Galería STOA de Málaga.
También participaré en la I edición de FestivALIE, un festival de mujeres artistas que se celebra del 28 de febrero al 03 de marzo en Madrid y al que estoy muy agradecida. Para mí es una gran oportunidad estar rodeada de mujeres excelentemente creativas que luchan por la cultura, el arte y sobre todo la visibilidad y la igualdad.