Gracias a la película Campeones de Javier Fesser el deporte inclusivo está en boca de todos, como se pudo apreciar en la gala de los pasados premios Goya, pero eso no siempre fue así. Los deportes inclusivos son minoritarios y solo importan a sus participantes y familiares hasta que entran en juego las subvenciones.
El documental King Ray muestra al espectador el mayor escándalo del deporte español inclusivo y no inclusivo. Es uno de los fraudes más rastreros de la historia. El equipo de baloncesto con discapacidad intelectual ganó de forma fraudulenta la medalla de oro de los Juegos Paralímpicos de Sydney en el año 2000, ya que solo dos de los 12 jugadores padecían esa discapacidad. El resto eran jugadores amateurs, incluso había un periodista (Carlos Ribagorda) que destapó el escándalo, que entraron en el juego que les propuso la Federación Española de Deportes para Discapacitados Intelectuales (FEDDI) con la idea de conseguir más subvenciones para el deporte paralímpico. El problema es que con tal acto consiguieron arruinar la carrera de dos de sus miembros que sí eran discapacitados y además imposibilitaron el acceso a las futuras generaciones de discapacitados intelectuales a participar en ninguna paralimpiada más, ya que hasta los Juegos Paralímpicos de Londres no se volvió a incluir ninguna competición de discapacidad intelectual. Aún así el baloncesto sigue vetado.
Si hace unos meses escribía que King Ray era un documental necesario para dar luz no solo a este escándalo que parece que se haya diluido con el tiempo, si no que también para dar visibilidad al punto de vista de Ramón, ya que Juan Pareja, el otro discapacitado intelectual de la selección no ha podido participar por los problemas que le causa hablar del tema. Pero también, es necesario para mostrar la realidad de un discapacitado intelectual, conociendo a Ramón, a su madre, a su hermana, a sus entrenadores, a sus amigos el espectador puede comprender mucho mejor esa dura realidad que a veces aparece edulcorada por el buenismo de ciertos sectores.
El director Sergio Romero nos muestra quién es King Ray, nos muestra su día a día, su trabajo, sus pensamientos con tanta sensibilidad que entre el director y Ray parece que se ha establecido una relación de amistad, ya que incluso le llega a explicar de forma muy sencilla todo el entramado burocrático del escándalo. Así el espectador junto con Ramón va comprendiendo el fraude en el que él se vio envuelto sin comerlo ni beberlo.
Lo dicho un documental necesario.