Un enemigo del pueblo (Ágora) es la última producción del Teatro Arriaga, una versión libre del clásico de Henrik Ibsen.
Los intérpretes son: Nao Albert, Israel Elejalde, Irene Escolar, Oscar de la Fuente y Francisco Reyes.
Una compañía de artes escénicas recibe subvenciones públicas otorgadas por un partido político con ideales y acciones contrarias a su ética. Los miembros de la compañía deciden callar lo imprescindible para no perder las ayudas que dan viabilidad a su proyecto artístico. ¿Con qué fuerza moral suben después al escenario e intentan mostrarnos su visión del mundo? A través de un juego metateatral, un enemigo del pueblo (Ágora) nos invita a reflexionar sobre los límites de la libertad, el precio de nuestra ética y la validez de la opinión de la mayoría.
Ibsen, uno de los autores que más han influido en el teatro contemporáneo, plantea en Un enemigo del pueblo un gran discurso sobre el conflicto del individuo y la sociedad para denunciar la corrupción del poder y la manipulación de los medios. El doctor Stockmann, médico del pueblo, descubre que las aguas del balneario, principal atracción turística y motor de la economía local, están infectadas y que es necesario cerrar y acometer obras por el peligro que suponen para la salud de la población. Pero eso conlleva unas consecuencias económicas que nadie está dispuesto a asumir y los poderes políticos y mediáticos, con el apoyo del pueblo, harán lo posible por censurar su discurso. Lo interesante y que sigue suscitando polémica es la tesis de que el enemigo más peligroso de la razón y de la libertad es la opinión de la mayoría.
Rigola traslada este conflicto moral y de intereses a la sociedad contemporánea. Un enemigo del pueblo (Ágora) pone en cuestión la libertad real y de voto de los ciudadanos, al tiempo que plantea una defensa de la libertad de expresión, la duda y el derecho a discrepar sobre las verdades aparentemente inamovibles.