Que Francisco de Quevedo y Villegas es uno de los más ingeniosos literatos de la Historia de España, es algo sabido. Que su vena burlona y satírica le han convertido en un personaje pintoresco, también.
Pero poca gente sabe que Francisco de Quevedo no solo era uno de los grandes poetas, sino también un hombre de acción con una sagacidad inimaginable, muchas veces llegando a cometer verdaderas locuras. Y una de ellas le ocurrió al poeta Baltasar Elisio de Medinilla.
Elisio de Medinilla era un reconocido poeta de tiempos de Quevedo, que no dudaba en burlarse de su contemporáneo siempre que este realizaba un ataque a través de sus versos. Sin embargo, una vez traspasó cualquier frontera: insultó a la madre de Francisco de Quevedo.
Quevedo tenía 14 años por aquel entonces, pero a nadie le gusta que se metan con su madre. Es por ello que coge un caballo en la media noche del 20 de agosto de 1620 desde Madrid y se dirige hacia Toledo, donde vive Baltasar Elisio de Medinilla. Tras recorrer 80 kilómetros, busca en la ciudad toledana a Medinilla, lo mata y cambia de montura durante tres veces en su regreso a Madrid para pasar inadvertido.
Otra teoría sobre el asesino de Baltasar Elisio de Medinilla es que fue el señor de Olías, de nombre Jerónimo de Andrada y Rivadeneira; el crimen se habría cometido en la Plaza de Santa Teresa de Jesús debido a un romance que mantenía con su hija.
Aun así, esta leyenda revela que Francisco de Quevedo, además de un ingenioso poeta, también fue desde niño una persona capaz de cualquier empresa, aunque fuera quitarse a alguien de su camino por amor a su madre.