Hoy en día, el que fuera el Café de la Montaña, alberga en plena Puerta del Sol un Apple Store. Los tiempos modernos parecen haber cambiado un trozo de la Historia madrileña, pero en una placa un poco escondida a la mirada de los turistas se recuerda a este emblemático café. Y es que el Café de la Montaña era un lugar de encuentro de lo más granado de la sociedad, sobre todo de intelectuales. Uno de ellos era el siempre bohemio y singular Ramón María del Valle-Inclán; es más, es en este sitio donde perdió su brazo izquierdo.
Era julio de 1899. Valle- Inclán participaba en uno de esos acalorados debates que le hicieron famoso, donde siempre tenía que tener la última palabra. Cuando le llevaban la contraria, el famoso autor de Luces de bohemia no dudaba en batir en duelo a todo aquel que no compartía sus ideas. Siempre pasaban de sus ideas alocadas, hasta que se interpuso en su camino Manuel Bueno, un escritor y periodista poco dado a dar la razón así porque sí.
Primero comenzaron insultándose al grito de "¡Majadero!" y Manuel Bueno, harto de Valle-Inclán, cogió su bastón y le dio un fuerte golpe en el brazo izquierdo. El golpe fue tan fuerte que el brazo se lo tuvieron que amputar debido a una fractura que en aquella época era incurable.
Valle- Inclán, genio y figura hasta el final, decía que no le preocupaba haber perdido el brazo. "Tranquilo, el brazo para escribir es el derecho", decía. Lo cierto es que cada vez que le preguntaban por su pérdida del brazo, siempre recurría al esperpento, argumentando que se lo había comido un león o lo había perdido en una lucha contra un pirata.
Este suceso dio más fama aún al Café de la Montaña, que dio cobijo a interesantes tertulias hasta que la Guerra Civil y posterior llegada del franquismo acabó con su halo de intelecto y cultura.