Desde la semana pasada se proyecta en los cines españoles la segunda película del director de cine gallego, Dani de la Torre, La Sombra de la Ley distribuida por 20th Century Fox. Una historia ambientada en la España revuelta de principios de los años 20. Una película que nos hace reflexionar que entre los "buenos" también hay "malos" y entre los "malos" hay gente "buena".
Dani de la Torre, con guión de Patxi Amezcua, tira de un cartel de lujo para cuadrar una fabulosa postal cinematográfica del mundo gansteril. Luis Tosar, Michelle Jenner, como protagonistas principales, recorren una avenntura de doble dirección junto a un reparto de cine: Vicente Romero, Manolo Solo, Paco Tous, Jaime Lorente, Adriana Torrebejano, Pep Tosar, Fredi Leis y Ernesto Alterio.
La historia se remonta a la Barcelona de 1921 en donde las numerosas huelgas de las fábricas catalanas encuentran el abrigo de un anarquismo creciente y peligroso. El robo a un tren, que transporta armas del ejército, es el hilo inicial que permanece a lo largo de la trama. La investigación de ese robo conduce a Barcelona a un "policía" muy particular, Anibal Uriarte, al que se se le encarga unirse a un grupo de policías, que resultarán ser corruptos. Y bajo la primera capa, una segunda historia que poco a poco descubrirá el espectador. Una operación para provocar el estallido social y dar pie a pie a una maniobra tejida desde las cloacas del estado.
La Sombra de la Ley se mantiene viva en la trama hasta el final con mucha acción, en donde los respiros sirven para deshacer el complicado ovillo en que están enredados los personajes. El desenlace nos descubrirá que no todo es lo que parece y que las historias, aunque las cuenten los que ganan, también tienen subhistorias sobra las que hay que escarvar, en donde, como casi siempre, la primera impresión no es la verdad de las cosas. Esa es la moraleja de los 126 minutos de la cinta con la que va a competir Vaca Films por numerosas estatuillas de los premios Goya, a buen seguro.
Dani de la Torre aporta al cine español la bella factura del cine de gansters, de inconfundible aroma cinematográfico americano, con el estilo propio del autor. Una película de malos con acento español. En la España de los 20 también se esconden historias del hampa que llevan nombres y apellidos que se pueden contar desde el clasicismo del séptimo arte con un sello muy personal. La Sombra de la Ley es una trama muy bien resuelta, rodada con elegancia, destilando las mejores esencias del cine negro, que convive con perfecta harmonía con el cine social. Las mujeres valientes, aparecen en la cinta, como un rasgo de denuncia acerca de las profundas desigualdades sociales que conviven estrechamente con otros abusos fabriles, en donde la anarquía hace buen caldo. Y en una película de gansters no puede faltar la música, de la que se encargan con maestría Manuel Riveiro y Xavier Font.
A lo largo del fantástico montaje realizado por Jorge Coira, que ya tiene un Goya por la ópera prima del director gallego Dani de la Torre con El Desconocido, la acción narrativa cobra una gran intensidad. La película tiene de todo y todo envuelto en una excelente ambientación con un exquisito cuidado en cada escena. Chicas de cabaret, thriller, acción, una historia de amor no resuelta, traiciones, lealtades, explosiones, persecuciones en coches de época y disparos, muchos disparos.
La Sombra de la Ley es una película para no perderse y tomar nota de que el celuloide español tiene madera noble para vestir el salón de la fama del buen cine.
