Nada más entrar al Museo Provincial de Salamanca, una enigmática figura de piedra recibe a todos los visitantes. Encaramado en una esquina, el ídolo de Agallas vigila incesante a todo aquel que se adentra en los múltiples secretos que tiene este museo.
El ídolo de Agallas ha constituido un misterio desde el momento en que se descubrió. De apenas un metro de altura, fue descubierto en 1983 cuando decidieron retirar un mojón que separaba terrenos en la localidad de Agallas (Salamanca); cuando lo retiraron, se dieron cuenta que un rostro que parece fantasmal los observaba detenidamente desde dentro de la roca, como si llevara esperando milenios a aquel día.
El rostro del ídolo de Agallas mostraba claramente una cara con sus ojos, nariz y boca; y también se distinguen los brazos. Sin embargo, no tiene pies, recordando al arquetipo del fantasma clásico, pero con la salvedad de que el ídolo pertenece a hace más 3000 años.
En 1991, se publicó un estudio en el que se confirma que pertenece al Bronce Antiguo y que asegura que pertenecía a un ritual funerario. Por tanto, con esa forma de deidad extraña o acompañante del difunto tras dejar el mundo terrenal, viene a mostrar que la creencia en el Más Allá estaba muy arraigada en los primeros núcleos poblaciones de la provincia de Salamanca. Quizá, muchas de esas creencias y esos arquetipos se fueron transmitiendo como un legado que ha llegado hasta nuestro días.