Carlos II, apodado como "el Hechizado", ha pasado a la Historia por ser el muchacho enfermizo que dio fin a la dinastía de los Austrias en España. Debido a la consanguinidad heredada de las políticas matrimoniales de su familia, eran múltiples las enfermedades que asediaban al incapacitado monarca; mientras, el pueblo veía a Carlos II como una persona que realmente estaba poco menos que endemoniado.
Incluso se llegaron a realizar exorcismos para acabar con los males que atacaban al rey, con el único resultado de empeorar su ya maltrecha salud. Es por ello que se recurrió a una práctica que llevaba siendo potenciada en España desde tiempos de Felipe II: la alquimia.
Es por ello que en 1698 llega a la Corte procedente de Nápoles un personaje llamado Roque García de la Torre, que en siete folios explica que tiene un remedio secreto para conseguir que Carlos II se recupere de sus enfermadades y que consiga la tan ansiada descendencia que perpetúe a los Austrias en la corona. Mar Rey Bueno y Esther Alegre Pérez realizaron una profunda investigación sobre estos folios y sobre Roque García de la Torre en 1995, gracias a la cual conocemos más sobre este alquimista.
Ambas investigadoras descubrieron que este personaje era de Alcira, el cual aseguraba haber encontrado el preciado secreto químico para mantener la salud en personas a través de un elixir. Es por ello que García de la Torre se siente el más indicado para sanar al monarca.
Al alquimista se le alquila una casa en la madrileña calle Leganitos para que elabore su remedio secreto, bajo la supervisión por dos personas que no pierden atención sobre unos trabajos que se realizan en completo secreto.
Sin embargo, pronto se ve que los experimentos de Roque García de la Torre no dan sus frutos. Los meses pasan, la Corte se impacienta y se comienza a dudar del que creían que era un salvador. Este queda completamente aislado, y una enfermedad que lo tiene postrado provoca que finalicen sus trabajos, cuya última referencia que se tiene de él es el 11 de septiembre de 1699 como aseguran las dos investigadoras. Por tanto, el caso quedó en otro esperpéntico esfuerzo por intentar derrotar a los males que acabaron con Carlos II y, por ende, con una rama entera de una dinastía.