Al hablar de Constancio Bernaldo de Quirós, lo primero que se nos pasa por la cabeza es su labor para fomentar el montañismo en la sierra de Guadarrama. Gracias a sus investigaciones, conoció múltiples historias rodeadas de un halo de misterio. Y una de ellas es la de la mujer loba de Guadarrama.
Bernaldo de Quirós cuenta en Notas de camino por la sierra de Guadarrama (1905) unos sucesos que causaron el pánico entre los habitantes sobre todo de la zona de Malagón. Una enigmática anciana procedente de la aldea de La Lastra (hoy desaparecida) bajaba a pueblos como Navalespino, Santa María de la Alameda para conseguir alimentarse.
Las prácticas de esta mujer hicieron correr todo tipo de historias sobre ella. Se decía que corría con los lobos y que aullaba con ellos. También atacaba a todo aquel que se interponía en su camino.
Bernaldo de Quirós, conocedor de estos relatos, decidió subir a La Lastra, un pueblo que siempre se ha considerado como maldito donde habitan brujas. Allí, se encontró un pueblo devastado por la miseria cuyos habitantes eran víctimas del bocio.
No tardó en encontrar a aquella anciana, la cual tenía graves deformaciones físicas debido al bocio unido a su avanzada edad. Esta situación provocaba en ella cuadros de histeria que parecía que se comportara como un animal.
Quizá esas deformaciones físicas, dentro de una concepción supersticiosa, fueran interpretadas por los lugareños de la sierra madrileña como ejemplos de una presencia maligna, donde el arquetipo del lobo no falta a su cita.