El verano es una época ideal para conocer lugares que habitualmente por el trajín diario de trabajo es imposible conocer. Almería es una de esas provincias que por su orografía esconde municipios pequeños y recónditos en los que perderse y disfrutar de paisajes montañosos, además de bellas ramblas por las que en la mayoría de los casos, se puede realizar senderismo.
Uno de estos pueblos es Gérgal, con poco más de 1000 habitantes censados en 2017 según el INE (Instituto Nacional de Estadística), se sitúa como el lugar idóneo para encontrar la tranquilidad necesaria y que es imposible de lograr en las grandes ciudades. Cuenta como patrimonio artístico y monumental con el Castillo de Gérgal, de titularidad privada y datado del siglo XVI. También se encuentra dentro del municipio la Iglesia de Nuestra Señora del Carmen, construida a partir de 1640.
Patrimonio humano
Gérgal, además de su Castillo y su Iglesia, cuenta con algo que es intangible, su gente. Desde el primer momento que pones un pie en sus estrechas y empinadas calles, los gergaleños te acogerán con los brazos abiertos y te tratarán como uno más. Los pocos habitantes hacen que te sientas como en una pequeña gran familia.