El pintor gaditano Bartolomé Junquero (Chipiona, 1968) muestra su obra durante el mes de junio en la galería de arte Ángel Cantero de León, en una exposición de paisajes titulada 'Nostalgias tenaces'.
'Nostalgias tenaces' representa ese mar visto y sentido por el artista Bartolomé Junquero desde su orilla gaditana, cuadros sobre lienzo y sobre tabla que plasman la dimensión marítima medida en clave de sentimientos. La mar es un camino y también nostalgia, es ese más allá hacia múltiples horizontes de una naturaleza donde el flujo y el reflujo de las mareas conllevan espuma de vida.
Las pinturas de esta muestra también son la apreciación recurrente del artista sobre una tierra que en un pasado remoto fue mar y lago del que quedan como reliquias las marismas, circunstancias que marcan.
Sobre él dijo el académico Julio Ceballos: “La obra de Bartolomé Junquero se destaca por su atención a lo que el tiempo va dejando con huellas de soledad y silencio; pero de una quietud que el quisiera redimir en lo que pinta con capas coloristas de un sol radiante. El sol que nos inunda por esta parte privilegiada del mundo, para terminar y volver a empezar cada día en unos crepúsculos y amaneceres sin alteraciones bruscas, es decir, en su eterna canción poética de ida y vuelta.
A veces, nos muestra en sus cuadros un cierto envolvente nebuloso y nostálgico, como si fuerael llanto místico de una despedida, y es quizá por ello que no quiera hacer testimonio de figura humana, cuando sabemos que el hombre es el único culpable de nuestro desastre ecológico.
…Y no es que entendamos esa actitud como un reproche manido y teatral de rebeldía, sino que le atrae y le interesa todo lo que de arriba la luz envuelve y dignifica el mundo como el de ahora, el que nos ha tocado vivir y no nos gusta. Donde respiramos la torpeza del feísmo y los escombros de nuestra propia corrupción.”
Rafael Sánchez también escribió sobre su pintura:“Es necesario dejarse llevar por el recuerdo, por la memoria, para disfrutar plenamente de la obra reciente de Junquero en la cual hace un ejercicio de profundo respeto hacia lugares sencillos que siempre han suscitado interés en el artista.Despojándose de lo accesorio, abandonando lo anecdótico, Junquero traza un recorrido favorecedor que no hace pensar que el aire, las horas, el tiempo…se hubiesen detenido.
Nada de lo que ocurre en la obra de Junquero es casual y comprobamos, tras años de ausencia,que es posible doblegar el pincel para conseguir que la verdadera esencia de la naturaleza se muestre hasta hacer que los lugares elegidos por el autor para mostrarnos se conviertan en escenas que, de mano del más revelador déja-vu, pasen a formar parte de la vida de cada uno. ¿Quien no se ha dejado llevar nunca por la nostalgia?”