Hoy en día existen aplicaciones móviles casi para cualquier cosa. La última ocurrencia ha sido Miwuki, un programa de gestión para las protectoras de animales y una aplicación gratuita de Android para poner en contacto a animales y usuarios que quieran acogerles o adoptarles. Según los datos ofrecidos por varias protectoras y centros de acogida, un 10% de los animales que son llevados a estos centros son sacrificados. Ante este hecho, Álvaro de Francisco y Álvaro Serrano decidieron crear esta aplicación que vio la luz el pasado dos de enero.
El abandono animal es un tema que cobra cada vez más importancia pero el cine desde hace tiempo está tratando de concienciar sobre el abandono animal con numerosas ficciones al respecto.
Para concienciar a alguien de verdad es mejor empezar cuanto antes, ¿quién no se ha angustiado de niño con la historia de Los Aristogatos, por ejemplo? En este film la gata Duquesa y sus tres gatitos (Marie, Berlioz y Toulouse) deben evitar que un malvado mayordomo llamado Edgar lleve a cabo con éxito el plan de librarse de ellos para así heredar la gran fortuna de su dueña, Madame Adelaide Bonfamille.
El director húngaro Kornél Mundruczó llevó su oposición al abandono más allá en su historia Hagen y yo. En esta ficción los impuestos para los perros de razas mestizas suben desproporcionadamente, por lo que se produce un abandono masivo de perros. Lili, una niña de 13 años, intenta por todos los medios proteger a su perro. Este relato, a pesar de hablar sobre el abandono animal, trata en el fondo sobre la desigualdad humana. Sin embargo lo asombroso es que todos los perros que aparecen en la película son perros callejeros y muchos de ellos fueron adoptados tras la grabación del filme.
Desde luego, tras ver ciertas películas es imposible entender cómo alguien es capaz de abandonar a sus mascotas. Este es el caso de Siempre a tu lado, Hachiko, una ficción basada en un hecho real que cuenta la historia de la amistad inquebrantable entre un perro, Hachi, y el profesor Parker Wilson. Una película emotiva y muy recomendable, al igual que la historia real que tuvo lugar en Japón entre Hachiko, un perro japonés de raza akita (1923-1935), y el profesor Eisaburo Ueno.